miércoles, 26 de febrero de 2014

U-29


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GUION: Matthieu Mevel (Rotomago)
DIBUJOS: Florent Calvez
EDITORIAL: Aleta
PVP: 12,00 €


Álbum tapa blanda, 56 pgs color, tamaño 22x29,5 cm. Col. Gran Aleta. Publicado originalmente en Francia por Akileos.

1917. Un submarino alemán torpedea un carguero inglés. Al caer la tarde, cuando el submarino vuelve a la superficie, los marineros descubren sobre el puente el cadáver de un joven, agarrado fuertemente a la barandilla. En su bolsillo encuentran un curioso objeto: una criatura de marfil de un rostro coronado por laurel. La extraña figura despierta las supersticiones de los marineros, que quieren deshacerse de ella antes de que sea demasiado tarde.

Basado en el relato El Templo, de H.P. Lovecraft, esta adaptación se suma a los recientes esfuerzos de talentososo artistas para acercarnos su visión del terror, en un mundo que todavía no estaba preparado para afrontarlo. Recientemente, he podido disfrutar la lectura de La Guarida del Horror, reinterpretación del clásico escritor, llevada a cabo por nada menos que Richard Corben; aunque sigue apegado a un estilo que ya estaba caduco hace diez años, no se le puede negar la idoneidad del mismo. Otro atrevimiento similar, todavía inédito en nuestro país, lo acomete William Messner Loebs desde una pequeña editorial americana. Ignoraba esfuerzos semejantes nacidos en nuestra vieja Europa, pero siempre son bienvenidos.

Un tal Rotomago encauza la adaptación. Difícil juzgar el éxito de su misión, pues ignoro la parte proporcional del mérito que se le atribuye a él, o al autor original. En todo caso, logra transmitir las sensaciones que abundan en la literatura lovecraftiana: ansiedad, claustrofobia, y locura incipiente.

Valoro más la participación de mi tocayo Florent Calvez, no por efectividad, pero sí por la experimentación y el riesgo que conlleva. Un fotorrealismo idóneo para reflejar el comportamiento de los mares, y las tormentas devastadoras. Una selección original, aunque ciertamente ingenua, de recursos artísticos para el devenir de la narración. Y finalmente, una mala elección para la personificación de caracteres, muñecos articulados faltos de dimensión y credibilidad.

No se puede tener todo, pero al menos aporta una interesante y apta visión de un relato ameno, lo que es mucho decir del bueno de Herbert. Tan mejorable como la obra original, pero bien encauzada, eso sí.


Valoración: 5/10


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