miércoles, 29 de octubre de 2014

Seconds

wrapimgGUION Y DIBUJOS: Bryan Lee O’Malley
EDITORIAL: Random House
PVP: 17,95 €


Tomo 320 pgs color, tapa blanda, 15x21 cm.

Ya está aquí el segundo trabajo de relevancia del señor Bryan Lee O’Malley, más conocido por su creación populosa y adaptable, Scott Pilgrim. No te preocupes, ya nos encargaremos otros y yo en recordartelo continuamente, y si no, el propio autor, consciente de su lugar en el mundo y de quién lo ha puesto ahí. Vamos a intentar sacarle algo de punta al cómic, y determinar si efectivamente conviene su adquisición.

Muchas páginas, un buen tochal que condiciona su precio, a un tamaño levemente reducido, pero al que ya nos ha acostumbrado la editorial Random House, en su línea de publicación de cómics DeBolsillo. Y además en color, me atrevo a ratificar de óptimo para este título, algo no requerido en otros previos (sí, yo me hice con el Scott Pilgrim en glorioso blanco y negro).

Vamos con el argumento, sin destapar demasiado. Una muchacha es regente de un próspero y reconocido restaurante, sometida al típico estrés propio del trabajo, las relaciones sociales, y la acumulación de grasas en los muslos. Un día descubre el modo de corregir errores, substituir un evento desafortunado en su vida, y aflojar un poco toda esa presión. Algo de magia y de ingesta de hongos involucrados, lo que en lugar de llamar a la cautela, la convierte en poco menos que una adicta.

La moraleja ínclita salta a la vista, y seguro ya la has deducido. Vamos a los méritos del artista, capaz de contar una historia rebosante de alegría y buen rollo, incluso cuando se tuerce en los momentos apropiados de la trama. Lejos de perderse en la trampa fácil de evocar el Greyhound Day, juega con la confusión de los momentos repetidos y el pasado alterado, logrando momentos hilarantes y desbocados; pocos, sin embargo.

Gráficamente, es el mismo artista que ya reconocemos, caricaturizando hasta el extremo, y contrastando con unos fondos y paisajes esmerados y detallados. No se preocupen, tenemos a todos esos personajes simpáticos y entrañables, con grandes ojos expresivos y efectos especiales made in Japan. Interesante el aspecto que ofrece cada página, dibujando apenas el 50% de la superficie disponible, rompiendo sus propias reglas en contadas ocasiones.

He disfrutado la lectura de este cómic, aunque soy reacio a recomendarla de manera incondicional. El grafismo del autor es tan cómico que me cuesta sentir angustia o inquietud, incluso en los momentos en los que se pretende precisamente eso. No puedes ponerte trascendental con esto, pero pasarás buenos ratos.


Valoración: 6,5/10


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La Gigantesca Barba que era el Mal

wrapimgGUION Y DIBUJOS: Stephen Collins
EDITORIAL: La Cúpula
PVP: 23,00 €


Álbum tapa blanda con solapas, 21x28 cm., 252 pag., B/N.

Una metáfora de nuestra propia existencia, contada a modo de fábula tan instructiva como cruenta para sus protagonistas. Así podríamos definir este ensayo sobre la fragilidad del orden con el que vivimos nuestras vidas, o cómo la insensata sensación de seguridad puede mantener fuera de nuestro mundo al caótico reino de la creatividad.

El señor Dave es un tipo más bien anodino, como lo son todos en su comunidad; tiene un trabajo inane, un entretenimiento fútil, y una sana obsesión por el Eternal Flame de las Bangles. Vive por y para su mundo, ordenado y pulido, dando la espalda al Mar, y lo que hay más allá, caos e improvisación.

Una particularidad sí tiene el señor Paul… quiero decir, Dave. Ni un pelo en su cuerpo, más allá de las cejas. Ni uno? Un rebelde y revoltoso pelo le crece como única barba, tenaz en su presencia a pesar de los intentos del dueño por deshacerse de él. Nada del otro mundo, hasta que un buen día, su Barba empieza a crecer, indómita.

Identifican el trabajo de Stephen Collins por su línea diáfana y su capacidad de íntesis, ambas cualidades reconozco sobresalientes. No obstante, lo más asombroso de este cómic es el modo en que se narra la historia, aprovechando los muchos mecanismos del medio para mostrar y sorprender, usando las viñetas como herramientas artísticas a disposición del autor. Solamente por eso ya merece la pena su lectura.


Valoración: 8/10


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