miércoles, 13 de febrero de 2013

X-Men. Mujeres en Peligro




GUION: Chris Claremont
DIBUJOS: Milo Manara
EDITORIAL: Panini
PVP: 14,00 €


Álbum tapa dura. 64 pgs b/n. 19 x 28,5 cm. Recopila: Uncanny X-Men: Gals on the run

Ultimamente, estoy que me salgo. Y la culpa es buena parte de los foros de opinión, como éste: tanto hablar bien de los Astonishing X-Men, del MAX Punisher, y de cosillas como House of M, acaban atrapando al incauto como la miel a las moscas. Y como ya he mencionado en más de una ocasión, adoro la miel (referencia de aficionado a Milo Manara).

Por eso mismo me apunto a este hermoso matrimonio entre un ancestral guionista de cómics, y uno de los dibujantes más sensuales del mercado. Qué gran idea solicitar a Manara que ilustre a una colección de jovencitas sexys, heroínas para más señas, protagonistas de su propio grupo mutante, en posturas excitantes y cachondas. Seguro que ha sido propia del sátiro Quesada.

Ahora bien, no os quepa duda que la historia es caca de vaca. Una mielda, que diría un chino. Evoca la amorfa trama de los nuevos Angeles de Charlie, o incluso peor, de unos dibujos insípidos protagonizado por adolescentes ñoñas. Para escribir esto, no es necesario izar de su descanso eterno al pobre Claremont, quien todavía debe creerse buen guionista, debido a las malas compañías que se lo susurran día y noche.

Están en una isla de vacaciones, alejadas de peludos o introspectivos varones, apartadas de cualquier tipo de cohibición sexual, el sueño de cualquier lector de cómics, marvelita o no. Pero da lo mismo, porque se enroca en un rescate estúpido propio de una mente subversiva, que dinamita cualquier buen propósito.

Mi consejo, cambiar los globos de diálogos, convirtiendo esta pantomima en un tebeo erótico. Donde dice algo así como “los poderes extendidos de mi mente alterarán tu condición ventajosa”, lo cambias por “el susurro del roce de tu blusa me excita”, y obtienes un cómic decente, centrado en el arte majestuoso de Milo, lejos de la carcamal memez de Chris.

Lo único bueno, efectivamente, es disfrutar del punto de vista exquisito del bueno de Manara, ahora enfocado en esas chicas tan estremecedoras, que todos hemos imaginado envueltas en caras sedas y arropadas en nuestros poderosos brazos, y ahora más. Por cierto, me he enamorado (yo también), de Pícara.


Valoración: 2,5/10


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