miércoles, 20 de febrero de 2013

Crónicas de Jerusalén

wrapimgGUION Y DIBUJOS: Guy Delisle
EDITORIAL: Astiberri
PVP: 26,00 €


Tomo tapa dura, 18x25 cm., 336 pag., B/N.

El trabajo del señor Delisle se puede interpretar de muchas maneras. En mi modesta y humilde opinión, está mucho más cerca de la guía de viajes que de la crítica social. Cuando aborda una cuestión espinosa y delicada que afecta a terceros, siempre se anda con pies de plomo, y se escuda en cierto distanciamiento moral para prevenir escozor. No se merece el imperativo reconocimiento internacional que recibe.

A pesar del desagrado con que acojo sus trabajos, no debo obviar una gran verdad: siempre acabo recurriendo a su obra para basarme en alguna referencia. Concretamente, gracias a su título Pyongyang, puedo entender la realidad sociopolítica de ese desconocido y enigmático país llamado Corea del Norte, con tendencia a estar implicado en feos escalofríos noticiarios. Algo parecido me sucede, aunque no tan notablemente, con Crónicas Birmanas o Shenzen.

Dicho esto, me reitero en mi postura clásica, que se repite en este último álbum. Se camufla en la labor humanitaria de su mujer y la asociación para la que desarrolla su actividad, Médicos sin Fronteras, para residir durante un año nada menos en Jerusalén. Tiene tiempo de pasear, merendar, y deleitarse en interminables atardeceres en compañía de su progenie. No se preocupen, lo ilustra y documenta efusivamente.

Unicamente en los últimos estertores del libro afecta algo de interés por la nada trivial situación que se vive en la región. Su niñera será pronto expulsada de su casa, por obra y gracia de un Dios y sus armados acólitos, sin que ella pueda hacer absolutamente nada por evitarlo. Disfruta de un recorrido turístico desde el punto de vista local, más objetivo, y desde el punto de vista hebreo norteamericano, plagado de parcialidades y manipulaciones: la culpa de todo la tiene ese presidente negro y musulmán en la Casa Blanca.

Veinte páginas hubieran bastado para destilar todo el material interesante de sus Crónicas de Jerusalén. Lo más sorprendente es que, probablemente, hubieran podido vetarlo para acceder a ciertas zonas del país, siendo confundido por Joe Sacco (sus propias palabras), un auténtico retratador en cómic. Eso sí, muros a tutiplén.


Valoración: 4/10


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