lunes, 21 de marzo de 2011

Lullaby #1





GUION: Mike S. Miller, Ben Avery
DIBUJOS: Héctor Sevilla
EDITORIAL: Norma
PVP: 9,50 €


Tomo 96 pgs color, tamaño comic-book (17x26 cm).

El tremendo éxito de la serie Fábulas, abono natural del sello adulto de la DC, Vertigo, obligaba a nuevos experimentos en la misma dirección. Personajes y situaciones extraidos del ideario popular, nacidos de la imaginación de los grandes y clásicos, narrados por los fabulosos tejedores de historias. Un material con tanto potencial, que además ha demostrado su efectividad editorial, requería expresarse con urgencia, y así ha sucedido.

En las librerías han aparecido unos documentos bajo el título Grimm Fairy Tales, que pervierten de manera original el concepto madre, incorporando suntuosas curvas y voluptuosas carnes. Otro ejemplo demostrativo de mi suposición, es este Lullaby, traducción directa de “canción de cuna”.

Una cría, tras un fatal accidente de tráfico, despierta en el País de las Maravillas. Eso sucedió hace unos años, y Alicia se ha convertido en la Mano de la Reina. Por otro lado, encontramos a un flautista de aire familiar acompañando a Caperucita Roja, y una representación moderna de osado pirata, muy cerca del modelo nipón asociado. Sus caminos se unen para compartir una búsqueda, la de la fuente de cierta magia oscura que comienza a extenderse por doquier.

Mike S. Miller se hace responsable de esta saga, contando en cierto modo con la colaboración de Ben Avery en el arranque del proyecto. Su trabajo es torpe, intentando convalidar numerosas ideas en un mismo plato, que inevitablemente concluirán en el modo búsqueda, o viaje iniciático. Sin embargo, las posibilidades que se ofrecen en la conclusión llaman a cierta esperanza, si se respetan las ineludibles consecuencias que conllevan tratar temas adultos en un ambiente infantilizado.

La identidad de la colección, una vez más, corre a cargo del dibujante; más en esta ocasión que se otorga tanta importancia a la forma y el color. Héctor Sevilla se erige como un hábil conocedor del estilo gráfico japonés, y completa un manga saturado de color, envidia de muchas opciones shonen que saturan las estanterías.

Anticipo interesantes proyecciones para la colección, que me consta siguió adelante. Todo dependerá, y me reitero, del grado de madurez que quieran imprimir a sus páginas, sin demostrar miedos ante las cifras de ventas. Para éxitos editoriales, ya tenemos en otros lares turgentes madrastras y prominentes redondeces.


Valoración: 5/10



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