lunes, 28 de febrero de 2011

Dios en persona





GUION Y DIBUJOS: Marc-Antoine Mathieu
EDITORIAL: Sinsentido
PVP: 18,00 €


Tomo tapa dura. 124 pgs b/n. 19 x 27 cm. Gran premio de la crítica ACBD.

El falso documental es un recurso muy utilizado, al menos últimamente en el ámbito cinematográfico. La bruja mala del bosque dio pie a múltiples interpretaciones, y recientemente han generado incluso un género en sí mismo. Nada tengo que objetar al respecto, hasta que ha dado el salto al ámbito comiquero.

Ejemplos podemos encontrar algunos, si avalamos la técnica periodística como recurso conductor de la trama. Pero me estoy refiriendo a la impresión gráfica de un documento clásico, con sus correspondientes testimonios y sus voces directoras, para escenificar un hecho histórico o ejemplar. Y Dios en persona da en el clavo.

Así conocemos la historia de Dios Dios, quien se da a conocer en la cola del censo, nada menos. Algunos niegan su existencia, a pesar de ocupar un espacio físico; otros aseguran su realidad, a pesar de ser el mismo Dios quien pone trabas científicas a ese hecho. Todo desembocará en contratos de mercadotecnia, revolución teológica, y por supuesto, el juicio de Dios, donde él mismo se verá obligado a testimoniar para defender su causa. Y cómo no, todo ello elevado a la infinita potencia, tal es la naturaleza de Dios.

Marc-Antoine Mathieu configura su historia siguiendo la escuela sudamericana de expresión artística, pero pronto hace suyo el proyecto, introduciendo no pocos elementos satíricos y burlescos al servicio de su propio punto de vista. Para retratar su relato, el autor recurre a la tinta sobre papel satín, excluyendo el color, y elongando la obvia curiosidad del lector por el rostro de su Creador.

Sin ser la paródica expresión de nuestra sociedad que yo esperaba encontrar, aplaudo la osadía de enfrentar la filosofía nacida de nuestra religión, y comprimirla en una interesante obra de ensayo que alberga un buen montón de propuestas teológicas. Para cuándo el Diablo en persona? Eso proyecta interés.

Porque cuando lo irracional abandona el tranquilizador terreno de lo increible y se cuela en la realidad, lo único que uno puede hacer es quedarse pasmado.


Valoración: 5,5/10



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