miércoles, 23 de febrero de 2011

Wilson




GUION Y DIBUJOS: Daniel Clowes
EDITORIAL: La Cúpula
PVP: 17,90 €


Álbum tapa dura. 80 pgs color. 21,5 x 29 cm.

Para cualquiera que haya leido La conjura de los necios, de Toole, esta aportación supondrá una revisión del clásico referente. Haciendo uso de la publicidad gratuita, Wilson es un hombre odioso, un soltero triste y solitario, un idiota, un sociópata. Siempre con un paquete de pañuelos desechables al alcance de la mano, y con un concepto del erotismo más cercano al bestialismo.

Sin llegar a los extremos del clásico de la literatura, Clowes dibuja un esperpento desagradable, atroz. No es difícil cogerle ojeriza en la presentación, pero muy pronto ese esperpento de ser humano se deja querer, pues no deja de ser un pobre infeliz que, a pesar de su terrible presencia, ocupa un lugar físico en el mundo, y afecta de algún modo a su entorno, tanto como un preservativo usado o un roedos descompuesto tras el pesado armario de tu habitación.

El autor se sirve de una falsa secuencia, página a página, abarcando un único y sentido capricho para cada una de ellas. Esconde una trama genérica, no tan compartimentada, reuniendo en el libro lo peor de una vida, escogidos instantes cerrados con un chiste, en la mayoría de casos de mal gusto.

Clowes, no contento con esta improvisada propuesta, despliega una gran variedad de acentos artísticos, albergando siempre un propósito ínclito en cada uno de ellos. No es baladí el amplio abanico de conceptos que incorpora en cada episodio, demostrando así sus muchos recursos adquiridos.

Desgraciadamente, lo que comienza como un proyecto ácido y venturoso, fluctua a medio camino, y termina convirtiéndose en algo más pretencioso, con cierto sobrepeso argumental. Ello le resta agilidad al proyecto que nació dispuesto a romper pragmatismos, y arrastra parte de su propia esencia.

Por mi parte, aplaudir la posibilidad que ofrece la editorial de leer el álbum en lengua catalana, disfrutando de términos tan acertados y castizos como “torracollons”, que incorporo inmediatamente a mi catálogo de epítetos obligatorios en cualquier entrevista de trabajo.


Valoración: 5,5/10



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