martes, 24 de diciembre de 2013

Cuerda de presas

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GUION: Jorge García
DIBUJOS: Fidel Martínez
EDITORIAL: Astiberri
PVP: 12,00 €


Cuerda de presos: conjunto de penados que van atados fuera de los presidios.

Tomo 96 pgs b/n con grises, tapa blanda con solapas, tamaño 17x24 cm.

La Guerra Civil española, a pesar de ser cruenta y horrible, no fue lo peor que le pudo suceder a este país. Más infame fue la posguerra, coordinada por viles y execrables productos de una mentalidad enfermiza, dictatorial, y abominable. Adjetivos destinados a definir a cierto personaje de relevancia histórica poderosa, que deberían desenterrar para profanar su cadáver, y sepultarlo de nuevo bajo toneladas de cieno. Décadas después de su muerte, todavía poderosa es su nefasta sombra de influencia, y sus nucleótidos infames, que todavía pululan y rigen el destino de muchas vidas.

Queda clara cuál es mi filiación ideológica, pero dista mucho de ser, a pesar de las apariencias, tan extremada como la de los autores de esta novela gráfica. Y es que si quieres contar algo concreto, debes hacerlo de modo directo; demasiado, tal vez, sigue siendo insuficiente.

A lo largo de diferentes historias, Jorge García nos cuenta los avatares de mujeres que, tras la experiencia del desgarro bélico, deben convivir con la realidad de una nueva, grande, y negra España. Lo harán como enemigas del Estado, por su ideología previa o durante la guerra, entre rejas, bien reales, o figurativas. Un feo panorama que se nos ofrece de la situación de antaño, aunque bien podría quedarse corto.

Su mayor limitación, a mi entender, es no centrarse en una situación concreta, con la que poder identificarnos, que pueda hacer eco de sus protestas y denuncias. Además, se sirve de un medio rico, el cómic, del que parece no saber extraerle todo el partido posible. El destitanario de esta obra es, además, adulto, y ducho en el medio, con lo que no se requiere apostillar cada situación, cada interferencia. Deja poco o nada a la imaginación y la inteligencia de un lector que exigua participación tiene.

El arte de Fidel Martínez es claramente expresionista. Con sus méritos y defectos, no deja de ser una apuesta arriesgada, pues no estamos ante un Breccia, y aunque el resultado no es ni mucho menos un fracaso, no cuaja en mi ideario personal.

No soy, ni mucho menos, tan entusiasta como Hernández Cava, autor del prólogo, con respecto a esta obra, que tilda como magnificiente. Cita también a Carlos Giménez, cuyo trabajo sobre la vencida España deja profundas huellas. Yo ya sabía que los guardias civiles son unos malditos bastardos, y las monjas son unas frígidas zorras... eran, quería decir eran. Yo ya sabía; ahora hay que decirlo, y que se nos escuche.

“Tienes más trabajo que el butanero de Hitler”. Chiste popular franquista.


Valoración: 3,5/10

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