jueves, 12 de septiembre de 2013

Estúpidas, estúpidas mostrorratas

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GUION: Tom Sniegoski
DIBUJOS: Jeff Smith, Stan Sakai
EDITORIAL: Astiberri
PVP: 14,00 €


Yo fui uno de aquellos entusiastas que descubrieron a los Bone gracias a Dude (que no Dolmen). Edición un tanto aperiódica, de calidad irregular, se presentaba en nuestros quioscos como compra obligada, aunque su deambular temporal no benefició a la serie.

Para los que no sepan quiénes son esos Bone (para ti, sí, tú, el despistado que ha vivido en un convento!), informar que nos referimos a unas criaturas ideadas por el siempre innovador Jeff Smith. A medio camino entre los cartoon de Disney y la épica de Lord of the Rings, su aparente simplicidad morfológica contrastaba con el realismo de los personajes que, desconocedores de su existencia, vivían avatares en el Valle, un lugar de leyenda rodeado de amenazas sin nombre.

Al final resultó no ser para tanto, porque si todo se resumía en destruir el anillo en el Fuego del Destino, o tocar una maldita piedra en una caverna, podríamos habernos ahorrado buena parte de la trama. Problemas económicos y algún resquicio legal evitaron la conclusión de la serie en el viejo formato, y fue una sagaz Astiberri la que permitió la finalización de la misma, previa reedición coloreada, así como una edición de lujo bellamente encuadernada, y por supuesto, dos especiales fuera de colección.

Estúpidas estúpidas mostrorratas fue uno de esos susodichos especiales. Su planteamiento, no obstante, se aleja de la colección regular, proponiendo un protagonista Bone inédito, explorador y narrador de experiencias. Acompañado de un simio parlante que pone a prueba tu paciencia, y una mula resignada a su suerte, acaba con sus huesos en el Valle de marras. Tendrá que vérselas con las terribles mostrorratas, desvelando en la adversidad un carácter y una fortaleza dignas de su raza.

Ignoro quién es Tom Sniegoski, pero sabe hacerse con las riendas de su propia historia. Un manejo exquisito de la acción, un perfecto control del tiempo, y una gran habilidad para representar personajes muy entrañables y carismáticos. Me ha sorprendido gratamente.

Los dibujos corren a cargo del propio Jeff Smith, la primera historia troncal, y de Stan Sakai, quien ilustra una pobre historia raiz, ubicada como relleno insípido e innecesario. Nada que objetar del primero, pero un cachete para el complemento, a años luz de otra obra similar en planteamiento y desarrollo, como es el Liberty Meadows de Frank Cho.

Agradable y ligera lectura, apta para cualquier entusiasta de esos bichejos amorfos de enorme corazón llamados Bone, e imprescindible para los que, como yo, piensan que las mostrorratas son la mejor idea plasmada sobre cómic los últimos años.


Valoración: 6,5/10


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