domingo, 23 de agosto de 2015

The Witching


GUION: Jonathan Vankin
DIBUJOS: Leigh Gallagher, Mark Buckingham
EDITORIAL: Planeta
PVP: 14,95 €


Prestigio de 240 pgs color, tapa blanda, tamaño 15x23 cm.

El sello Vertigo ha necesitado, de manera casi enfermiza, centrar una parte de sus esfuerzos en contar historias de brujería. No es una obsesión continuada, pues pueden transcurrir largos lapsos de tiempo entre cada intento. Pero de un modo u otro, siempre acaban metiendo la pata.

Escribo de memoria, y me apresuro a asegurar, una serie llamada La Hora Bruja, de Jeph Loeb y Chris Bachalo. Otro ejemplo, Brujería, de James Robinson e ilustradores de lujo como Yeowell o Kristiansen. Incluso Thesally, aparecida en The Sandman A Game of You de Gaiman, tuvo una serie propia. Efectivamente, todas ellas cayeron prácticamente en el olvido colectivo, alguna con más merecimiento que otra.

Será por tratarse de personajes femeninos, o por carecer de una buena historia que la sustente, no dan la talla. Ahora, le doy la oportunidad a otro engendro aparecido recientemente, y casi por sorpresa, en mi librería. Se trata de este The Witching, y sus protagonistas son las parcas, esas tres brujas del imaginario grupal, que abarcan los tres estadíos de la femeneidad: doncella, madre, y anciana. Buen punto de partida.

Los motivos por los cuales los hombres nos hemos sentido intimidados por el sexo débil durante eras, son plenamente justificados, y los personifican las tejedoras, quienes guían los destinos de nuestras vidas a medida que sus caprichos conforman un complicado telar. Jonathan Vankin toma prestada la mitología disponible, con todo el potencial que conlleva, para contar con su oportunidad.

Como cabía esperar, el editor del sello adulto de la DC mete la pata en el fango, tropieza, y cae de morros. Sus amigos le indicaban que iba por mal camino, pero mejor prestar oidos sordos, y hundirse con todo el equipo. Para elevar las ventas, la tríada estará compuesta por brujas jovencitas y cachondas, mostrando carnes y suculentos atributos, siempre dispuestas a soltar algún discurso chorra feminista para no enfurecer a las entidades. Conste que no tengo objeción alguna a lo de los atributos, pero demonios, la queja es para la trama.

Leigh Gallagher no tiene mucho bagaje previo, pero hizo un cómic para patrocinar unos vaqueros. Ahora nos lo cuelan en un trabajo del sello Vertigo, sin mucho columpio detrás, tú sabes, impulso. Y es que aquí importan las historias, y no es el primer ejemplo de cómic adulto en el que las ilustraciones importan un pimiento. A pesar de todo, es de lo mejorcito del cómic. Estoy obligado a mencionar a Buckingham, pues aparece en los títulos, aunque sólo participa en uno de los capítulos del volumen; puedo decir que mantiene el nivel átono de la serie, y poco más.

Las portadas son de Tara McPherson, auténtico cebo para picar y adquirir este ejemplar. Su participación en Fables no pasa desapercibida para los editores, afortunadamente para nosotros.

Una pena el enésimo intento yanki de contar historias de brujas, con las parcas y los flujos femeninos comandando las decisiones fundamentales de la humanidad. Dentro de 28 días, una nueva oportunidad. Yo aprovecho para tirarme... al monte.


Valoración: 3/10

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