lunes, 24 de octubre de 2011

The Boys #8. El afable escocés

wrapimgGUION: Garth Ennis
DIBUJOS: John McCrea
EDITORIAL: Norma
PVP: 14,00 €


Tomo tapa blanda, 14 pags., color, tamaño 17x26 cm. Recopila The Boys: Highland Laddie 1-6 USA.

Puntualmente, tras cada entrega de esta colección, publico una reseña comentando mis impresiones de cada ejemplar. Y ya van ocho números los publicados en España, aunque en esta ocasión nos apartamos ligeramente de la trama principal, y nos dedicamos a una miniserie suplementaria de la colección madre.

El protagonista casi absoluto en esta ocasión es Hughie, el chico escocés que pasó a engrosar las filas de The Boys en su lucha contra los superhéroes descontrolados. Poca cosa sabíamos de él, y ahora aprovechamos su regreso a casa para conocer algo de su pasado, su infancia, sus primeras amistades, y su relación paterno-filial.

Garth Ennis vuelve a recurrir a algunos de sus tics más repelentes para concretar el entorno de la historia. El lector apreciará mi comentario cuando conozca a los mejores colegas de Hugh, unos tipos raros de narices: un sujeto que desprende permanentemente un horrible tufo, que soporta gracias a su máscara de gas, y un enorme aspirante a transexual con el atractivo de una morsa en pijama.

Más allá de eso, profundizaremos en las inquietudes y culpabilidades que convierten al eje de la serie en la persona que se ha convertido, y que tiene la oportunidad de hacer las paces con su chica, si es capaz de tragarse su maldita hipocresía, y seguir manteniendo una farsa de relación.

El dibujante en este respiro editorial es John McCrea (lo crean o no; es un chiste, ríete). Todos conocemos su afinidad con el guionista, y sus magníficos resultados trabajando con Demon o Hitman, pero habitualmente su labor deja mucho que desear, y todos queremos de regreso al dibujante titular de la colección, un auténtico fuera de serie. No importa qué favores le debe Ennis a McCrea, pero creo que ya se los ha pagado con creces, cretino!

Y ya lo tenemos, seis números bien empaquetados en un volumen, cuya lectura es superflua para mantener el contacto con la colección, pero que los chicos de Norma, muy listos ellos, han decidido proseguir con la numeración raiz. Al menos el autor ha podido congraciarse con esa extraña vena suya, que le obliga a contar historias vacuas sentado en la mesa de una taberna, gastando saliva sin llegar a parte alguna.


Valoración: 5,5/10


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