miércoles, 28 de septiembre de 2011

Planeta Extra


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GUION: Diego Agrimbau
DIBUJOS: Gabriel Ippoliti
EDITORIAL: Planeta
PVP: 13,95 €


Álbum tapa dura. 80 pgs color. 20,5 x 28,5 cm.

Esta obra ha resultado ganadora del Primer Concurso de Cómics Planeta DeAgostini, así que poca broma con el asunto. Se da la circunstancia, además, que se trata de un buen cómic, hábilmente elaborado, lo que justifica la emisión del premio, y marca las futuras pautas de valoración por parte de la editorial, al menos en teoría.

El mundo se va a pique. Más o menos como siempre, pero esta vez es de verdad. Las cotas de pobreza, delincuencia y hambre superan lo soportable, en una situación que se ha estabilizado a la baja en todo el planeta. Junto a vehículos antigravitatorios y una tecnología puntera generalizada, abundan ejemplos de miseria y abandono. Todo muy triste.

Sin embargo, no se pierde la esperanza. Transbordadores espaciales transportan a todo aquél que pueda permitírselo a Europa, la luna de Júpiter, donde se establece una colonia pionera, y supone el sueño de cambiar a una vida mejor, tras un viaje, eso sí, que se prolonga por dos años, nada menos.

Quique Tetamandi es un tipo grandote, bonachón, y tremendamente sencillo, que mantiene a su familia trabajando con un aéreo camión de mudanzas, bastante destartalado. Cuando su hija le manifiesta su intención de marcharse del planeta, el buen hombre hará todo lo que esté en su mano para que abandone la idea, aunque eso le comporte asumir no pocos riesgos.

Agrimbau perfila una fábula social en un trasfondo supuestamente futurista, que le permite configurar una serie de arquetipos fuera de contexto, sin que chirrien en la historia. Dejar atrás lastre, para afrontar un esperanzador futuro allende las estrellas, no es una idea nueva, pero mejora con el tratamiento sencillo y directo con el que perfila su narración. Un hábil sentido del humor y una moraleja bajo la superficie, contribuyen a cerrar el círculo dramático de manera asombrosa y agradecida.

Los dibujos de Ippoliti subrayan los acentos sociales con que se prodiga la obra, estilizando relieves en un esforzado, que no forzoso, interés en el rostro y la expresividad de unos personajes muy caricaturizados, pero no por ello menos reflejados en nuestra realidad. Imagino que las semejanzas con Miguelanxo Prado son algo más que casuales.

Acertado el tratamiento de la obra, que espero sea ampliamente reconocida gracias a la oportunidad que un galardón novel puede aportar. A mí, desde luego, ya me ha convencido con creces, y solamente espero leer más material publicado de sus autores (Ultimo Sur ya está en la lista, por cierto).


Valoración: 7/10


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