miércoles, 27 de abril de 2011

El Espectro. Relatos de lo inesperado




GUION: Will Pfeifer, David Lapham
DIBUJOS: Cliff Chiang, Eric Battle
EDITORIAL: Planeta
PVP: 16,95 €


Tomo 256 pgs color, tapa blanda, tamaño 17x26cm.

Nunca he tenido muy claro quién era realmente el sujeto de la capa verde. Nuestro primer encuentro tuvo lugar en la saga American Gothic de Swamp Thing, donde se convertía en una criatura descomunal para hacer frente, infructuosamente, a esa amenaza definitiva que se cernía sobre la existencia.

A lo largo de los años ha aparecido de manera esporádica en alguna colección de mi interés, como el Books of Magic de Gaiman, o más recientemente, con Madame Xanadú. Pero solo tuvo un papel trascendental en el universo comiquero cuando, finalmente, perdió la chaveta y la emprendió con el populacho de Gotham, en una saga que me perdí en su momento, y no tengo ningún interés en recuperar.

Ahora se supone que ha transcurrido cierto espacio de tiempo, y posee a un nuevo huésped para moverse, aun de manera espectral, por el mundo de los mortales; supongo que no desvelo nada señalando a uno de los mejores personajes de la serie Gotham Central, Crispus Allen, como receptáculo.

Así comienza la trama urdida por Pfeifer para ponernos en la buena vía, ubicarnos en la realidad del personaje con un Crisis Aftermath. Cómo están las cosas y cuáles serán las caras con las que nos familiarizarmos en lo sucesivo. El pesado trasfondo que carga el universo editorial no facilita las cosas, pero sale bien parado con la ayuda de un Chiang maestro de los relieves y las dimensiones, a quien me gustaría ver por los estantes más a menudo.
Pero la auténtica razón de ser del cómic la aporta un Lapham desencadenado. Cuál es la motivación del paliducho vengador, si no hacer justicia a pesar de todo y de todos? Con esa premisa, recupera al detective de color con quien tantos buenos ratos pasó en la GCPD, y lo acerca al límite, obligado a asistir a los más crueles pecados, contemplarlos impotente, hasta el alzamiento del espectro, con todo su poder.

Y parece que disfruta de cierta libertad creativa, pues no se corta a la hora de proponer delitos y castigos, a cada cual más salvaje, por el simple hecho de que parecen reales, y probablemente lo son. Se me escapa a menudo el criterio por el que un editor arrincona series como Air o Madame Xanadú a la línea adulta, permitiendo reflexiones un tanto más siniestras en el universo genérico. Que me lo expliquen.

Battle se apunta también a la fiesta con su particular estilo, alejado de la profundidad que manifiesta el volumen en las primeras páginas, otorgando en cambio más desenvoltura, ligereza, y por qué no decirlo, disfrutando con esas páginas tan escabrosas, muy propias de un Weird Tales.

Debo reconocer que me decidí a leer este cómic gracias a la honesta y reciente reseña de un pammhgero, y no me arrepiento de ello, agradecido por intentar otras rutas en parajes que todavía no me son familiares. Me gustaría saber cómo termina todo este asunto, si es que no despiden al bueno de Lapham del proyecto. Mantenedme informado.


Valoración: 6,5/10



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