miércoles, 19 de marzo de 2014

Jerusalén

wrapimgGUION: Boaz Yakin
DIBUJOS: Nick Bertozzi
EDITORIAL: La Cúpula
PVP: 28,00 €


Tomo tapa dura, 15x22 cm., 404 pag., B/N.

Los tiempos convulsos que se vivieron en el nuevo territorio israelí, allá en los años `40, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, son el escenario en el que se desarrolla la trama de esta novela gráfica. Un entorno muy apropiado para que florezcan interesantes y dramáticas historias, algo que aprovechan los autores.

La familia Halaby, residente en Jerusalén, son el centro neurálgico de los sucesos aquí narrados. De primera mano conoceremos los intereses que estimulaban el campo político y militar en esos tiempos, en una región árida y seca que ha bebido más sangre y lágrimas que ninguna otra en la Tierra. Pero no todo serán apuntes históricos, pues la vida cotidiana marca el compás y el ritmo de nuestros protagonistas.

Boaz Yakin
es guionista y director de cine en Nueva York. Su trabajo es prolífico, interesante, y ya se ha hecho un nombre en el mundillo. No es su primera experiencia en el noveno arte, donde ya despunta como maestro, e imprime en esas páginas una cadencia muy familiar en películas, no tanto en los cómics.

El aspecto fundamental que ha llamado mi atención, es el cuidado y el mimo con el que trata a las personas que abundan en su narración, representantes de un motivo metafórico digno de mención, pero que no por ello pierden su humanidad. Cada uno de sus personajes goza de características propias, que les permiten madurar y progresar, al tiempo que mantienen su razón de ser. No es algo sencillo de imprimir.

Y no me queda más que hablar de Nick Bertozzi, un artista ya curtido, que pone a disposición de la historia todo su talento, reprimido tanto como pasional, jugando con los parámetros que ofrece el cómic. Acierta poniendo de su parte, de manera que el resultado es tanto hijo suyo como de Yakin.

Lejos de ser un panfleto propagandístico, este tomo recoge momentos apasionantes en la vida de una familia, de sus miembros y satélites, de manera que pone a disposición del lector los sucesos tal y como fueron vividos desde sus puntos de vista, pero sin atreverse a juzgar o condenar. Fácil de trasladar a la pantalla, la historia encuentra en la viñeta el espacio requerido para manifestarse, sin temor a que sean otros quienes la condenen.


Valoración: 8/10


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