jueves, 21 de marzo de 2013

Portugal

wrapimgGUION Y DIBUJOS: Cyril Pedrosa
EDITORIAL: Norma
PVP: 29,00 €


Álbum tapa dura, 24x31 cm., 264 pag., color.

Tengo como premisa procurar leer todos los títulos nominados para la mejor obra del Saló del Còmic de Barcelona, en todas las categorías, y a ser posible antes de que se falle el premio. De esta manera, puedo despotricar contra la decisión del jurado, o aplaudir su buen tino (las menos veces). Es por ese motivo que me he acercado a este enorme volumen, disponible para cualquiera con un carnet de la biblioteca, y me he dejado llevar por el contenido de sus páginas.

Cyril Pedrosa ya nos embelesó hace unos años con su obra Tres Sombras, y por ello sabemos ya qué pie calza, y hacia dónde van dirigidas sus inquietudes artísticas. De todos modos, nada podía prepararme ante lo que me encontraría en esta ocasión particular, algo que no le sucederá al previsor que consulte reseñas con antelación.

El tomo está dividido en tres segmentos, correlativos todos, pero en los que advertimos una distinta disposición de ánimo. Nos narra un fragmento en la vida de un muchacho, francés de nacimiento, pero con el alma portuguesa. Una travesía en busca del conocimiento personal, la contemplación de su pasado, la aceptación de sus raíces. Una inquietud aferrada a su corazón le impide desarrollarse, completarse como persona. No será hasta la reconciliación con su difícil situación familiar que abrirá los ojos a otras alternativas, aceptar su condición a través de la conciliación con sus ancestros.

Tiene una apariencia muy introspectiva, y en efecto lo es, tal vez en demasía. Puede resultar incluso contraproducente para el gozo de su lectura, contemplar con tanta profundidad el pensamiento y las inquietudes de un mozo al que apenas llegamos a conocer, y ya nos resulta prescindible. Pero me quedo con ese fragmento intermedio, un encuentro con la familia más lejana y disgregada posible, donde tienen lugar los encuentros y las confidencias más interesantes del libro.

Lo mejor, de cualquier manera, es el arte que profesa el autor, y que ya hace imprescindible su lectura. Se ha destapado como un maestro del uso del color, y sobretodo, de la luz, que maneja a su antojo en todas las viñetas para mostrar u ocultar lo que crea conveniente, hasta lograr que sus páginas cobren vida. El acento portugués de las palabras pronunciadas por los autóctonos, dota además de música al conjunto. No podemos pedirle nada más.

Ignoro si esta obra será o no merecedora del prestigioso premio que entrega anualmente el evento barcelonés (este año desde luego candidaturas no faltan), pero no me cabe duda que merece estar en la lista de los finalistas. La edición de Norma, además, ayuda mucho en el conjunto, en un apartado en el que la editorial, últimamente, sabe comportarse sin mácula alguna.


Valoración: 8/10



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