miércoles, 6 de noviembre de 2013
El Sueño de Meteor Slim
GUION Y DIBUJOS: Frantz Duchazeau
EDITORIAL: Ponent Mon
PVP: 15,00 €
Tomo tapa blanda. 160 pgs b/n. 17 x 20 cm.
Me gustaría contaros quién es el señor Frantz Duchazeau, el autor de este cómic. Me gustaría saber algo de su vida, donde reside, a qué dedica el tiempo libre. También me gustaría conocer algo de su obra previa, sus tendencias e inspiraciones, sus influencias. De ese manera, a modo de introducción, podría incluir esa información en esta reseña, y todos seríamos un poco más sabios.
Desafortunadamente, la edición de Ponent Mon es más bien árida en ese sentido. Difícilmente un lector despistado se aventurará con este título, debido sobretodo a la nula información disponible. Nada en contraportada o solapas, ni introducción, prólogo, prefacio, o postproducción. Fuera de título, autor, editorial, y código de barras. Con esa ingenua ignorancia te aventuras en un gasto semejante? La editorial pasa por un mal momento, pero desafortunadas decisiones no ayudarán en remontar el vuelo.
El cómic se centra en la aventura de un músico negro, sus viajes y experiencias, alrededor de unos Estados Unidos en pleno desarrollo, y justo cuando aprendía a conocer su propia cultura, a través de la música.
Si sois aficionados al jazz y al soul seguro que os sentiréis atraídos por esta obra. Pero solamente si es vuestra mayor afición podréis disfrutarla convenientemente. En mi opinión, cómic y música casan mal. Un tema musical no puede marcar el ritmo de la lectura, y siempre acaba resultando un tanto forzado. Cuando la obra es esencialmente sobre unos músicos y sus composiciones, esa fractura se hace más patente.
Como la mitad de las páginas muestran a un artista negro recitando viejas piezas, todas en un inglés suburbano, acompañadas de los consabidos corchetes y ministriles, o comoquiera que se denominen esas figuras que se pintan en los pentagramas.. Así, me paso todo el volumen intentando interpretar unas canciones que desconozco, que no forman parte de mi matriz cultural, que me suenan a chino, en definitiva.
Y así acaba mi valoración, obligada por tal circunstancia. Fuera de ello, el cómic deambula entre una serie de avatares que no acaban de despertar mi interés, y es una pena, pues el estilo artístico de los dibujos son ciertamente evocadores, convirtiéndose así en la mejor baza del artista. Como dice la canción: había una vez un barquito chiquitito...
Valoración: 4/10
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