jueves, 17 de noviembre de 2011

Balas Perdidas

wrapimgGUION Y DIBUJOS: David Lapham
EDITORIAL: La Cúpula
PVP: 18,00 € el primer tomo, 11,95 € los tres restantes


Cuatro tomos cosidos, 17x24 cm, 240 o 256 pgs b/n. Tomos que recopilan los números 1 a 24 de Balas Perdidas, previamente publicados en comic-book por La Cúpula. 2ª Edición. Concretamente, La inocencia del nihilismo, En algún lugar del oeste, Otra gente, y Días negros.

Esta es una reseña escrita de la obra completa Balas Perdidas, traducción del original Stray Bullets. Tendremos en consideración que poseo la primera edición, que publicó la editorial a modo de cuadernos tapa dura, allá en 2004, bajo el sello El Capitán. Podemos encontrar otra edición que comprende cuatro tomos muy majos, más fáciles de localizar, y que agrupa la obra completa, al menos hasta el momento.

Para cualquiera que no conozca la obra de David Lapham, debe saber que tuvo su época más underground, independiente al menos, antes de convertirse en el “enfant terrible” de las grandes editoriales norteamericanas, y posteriormente una sombra de sí mismos en proyectos más recientes. Fue precisamente con este título que llamó y obtuvo respuesta del mainstream, admirador de ese estilo fresco y desvergonzado que se diluirá inevitablemente con el tiempo y los grandes contratos.

Centrándonos en la obra en sí, os diré que cuenta la historia de muchos personajes, muchas vidas involucradas y entrecruzadas, que coinciden a lo largo de los muchos años en los que se centra la trama. Un continuo viaje en el tiempo, hacia adelante y atrás, centrando la atención sobre unos caracteres que acabarán resultando muy familiares. Tras un primer número excepcional, disfrutaremos de un intenso tour con miembros del hampa, de los bajos fondos, y de la más baja estofa; perdedores, lameculos, iconoclastas y despojos, individuos todos ellos con un pasado y algunos secretos.

La intención del autor era crear una obra cíclica, capaz de retroalimentarse con las vidas de todos esos perdedores, impenitentes e insistentes saboteadores de su propia felicidad. El algún punto, no obstante, entendió que podía ampliar el círculo, y tanto lo hizo que nunca lo cerró, dejando una serie tan abierta e inconclusa que provoca un inevitable “coitos interruptus” al lector, a la espera que el señor Lapham recupere el hilo y la necesidad.


Valoración: 7,5/10


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