GUION: Peter David, Robin Furth
DIBUJOS: Jae Lee, Richard Isanove
EDITORIAL: Panini
PVP: 3,50 € c/u, lo que hacen 17,50 € en total
En esta ocasión, y bajo el subtítulo La Batalla de la Colina de Jericó, se nos presenta el quinto y definitivo volumen de la saga, que narra la juventud de Roland de Gilead. Consta de cinco entregas, aunque en principio se nos quiere hacer creer algo distinto, y puedes hacerte por todas ellas por un módico precio, si tienes argumentos y balas para tratar con el librero.
Si me has acompañado durante la difícil parte del camino, amigo peregrino, seguramente ya conoces el desenlace, dramático e inevitable, que esperaba al último pistolero y su katet. Hemos dispuesto de su moza juventud, hemos conocido de cerca sus deseos y ambiciones, y hemos asistido a actos heróicos y deleznables. Es hora de rendir cuentas, de aceptar las cosas como vienen, pero también de vender caro el pellejo, sin olvidar jamás el rostro de nuestros padres.
Para cualquier Lector Constante de la obra de Stephen King, introducido o no en la saga de la Torre Oscura, mencionar la Colina de Jericó solamente puede traerle recuerdos amargos: un pistolero, junto a su camarada herido, defendiendo a muerte su posición, privilegiada pero condenada. No hay cuartel, y no piensan otorgar piedad, así como saben no la van a recibir. Nunca fue detalladamente narrado, pero ya iba siendo hora de reflejar los hechos de algún modo, y el cómic ha sido el medio elegido.
Robin Furth es la responsable de todo este berenjenal. Su adaptación de las novelas originales partieron de un inicio fidedigno a la obra original, pero a medida que avanzaba la trama, y se sucedían los huecos narrativos, éstos eran rellenados por la fértil imaginación de esta colaboradora. Siempre, eso sí, con la aprobación del Gran S, aunque a los más puristas nos cuesta perdonarle que incluyera una mujer pistolera en el pequeño irreductible grupo (por muy sexy que resultara una buena moza con un buen par de herramientas).
No estaba sola, naturalmente. Imprescindible la colaboración de un desapercibido Peter David, en lo que se refiere a la asimilación de la historia en un medio que él, supuestamente, domina a la perfección. Admitimos que era el nombre idóneo para sus primeros pasos, pero el hecho de que nunca se hiciera notar provoca cierta reticencia a aceptar su verdadero papel en el katet creativo.
Pero debemos aceptar una verdad como un templo de Amoco, Mobil, o Exxon: la auténtica belleza de esta obra artística se halla en las ilustraciones de Jae Lee y Richard Isanove. Preciosos dibujos, muchos a toda página, o doble página si se requiere, para regalarse a la vista en un tamaño ideal si disfrutas de la grapa en el kiosko. Aun si fuera desconocedor de la mitología que campa en el mundo de Eld, me sentiría fascinado por esta labor gráfica, actualmente sin parangón en el mercado.
Precisamente su punto fuerte es al mismo tiempo su talón de Aquiles. Estos bellos dibujos lastran el ritmo de la escena, y obligan a una narración en tercera persona excesivamente explicativa. Se asemeja en ocasiones a un libro ilustrado, más que a una novela gráfica, y el placer de la contemplación a veces no compensa la torpeza argumental.
Decimos adiós, o mejor hasta pronto, tras la aclaración sobre los hechos que tuvieron lugar durante los primeros años de Roland como pistolero. Me consta que su adaptación al cómic continúa, ahora como adulto a la caza obsesiva del Hombre de Negro. Muchas cosas deben suceder antes de ubicarnos en los hechos narrados en el primer libro original, con lo que entiendo tenemos franquicia para rato, y espero cuenten con el mismo equipo creativo.
Existe un viejo dicho (que se hizo viejo porque la gente ha sido condenadamente perezosa para inventar otro) que reza así: la noche es más oscura justo antes del amanecer.
Valoración: 6/10
DIBUJOS: Jae Lee, Richard Isanove
EDITORIAL: Panini
PVP: 3,50 € c/u, lo que hacen 17,50 € en total
En esta ocasión, y bajo el subtítulo La Batalla de la Colina de Jericó, se nos presenta el quinto y definitivo volumen de la saga, que narra la juventud de Roland de Gilead. Consta de cinco entregas, aunque en principio se nos quiere hacer creer algo distinto, y puedes hacerte por todas ellas por un módico precio, si tienes argumentos y balas para tratar con el librero.
Si me has acompañado durante la difícil parte del camino, amigo peregrino, seguramente ya conoces el desenlace, dramático e inevitable, que esperaba al último pistolero y su katet. Hemos dispuesto de su moza juventud, hemos conocido de cerca sus deseos y ambiciones, y hemos asistido a actos heróicos y deleznables. Es hora de rendir cuentas, de aceptar las cosas como vienen, pero también de vender caro el pellejo, sin olvidar jamás el rostro de nuestros padres.
Para cualquier Lector Constante de la obra de Stephen King, introducido o no en la saga de la Torre Oscura, mencionar la Colina de Jericó solamente puede traerle recuerdos amargos: un pistolero, junto a su camarada herido, defendiendo a muerte su posición, privilegiada pero condenada. No hay cuartel, y no piensan otorgar piedad, así como saben no la van a recibir. Nunca fue detalladamente narrado, pero ya iba siendo hora de reflejar los hechos de algún modo, y el cómic ha sido el medio elegido.
Robin Furth es la responsable de todo este berenjenal. Su adaptación de las novelas originales partieron de un inicio fidedigno a la obra original, pero a medida que avanzaba la trama, y se sucedían los huecos narrativos, éstos eran rellenados por la fértil imaginación de esta colaboradora. Siempre, eso sí, con la aprobación del Gran S, aunque a los más puristas nos cuesta perdonarle que incluyera una mujer pistolera en el pequeño irreductible grupo (por muy sexy que resultara una buena moza con un buen par de herramientas).
No estaba sola, naturalmente. Imprescindible la colaboración de un desapercibido Peter David, en lo que se refiere a la asimilación de la historia en un medio que él, supuestamente, domina a la perfección. Admitimos que era el nombre idóneo para sus primeros pasos, pero el hecho de que nunca se hiciera notar provoca cierta reticencia a aceptar su verdadero papel en el katet creativo.
Pero debemos aceptar una verdad como un templo de Amoco, Mobil, o Exxon: la auténtica belleza de esta obra artística se halla en las ilustraciones de Jae Lee y Richard Isanove. Preciosos dibujos, muchos a toda página, o doble página si se requiere, para regalarse a la vista en un tamaño ideal si disfrutas de la grapa en el kiosko. Aun si fuera desconocedor de la mitología que campa en el mundo de Eld, me sentiría fascinado por esta labor gráfica, actualmente sin parangón en el mercado.
Precisamente su punto fuerte es al mismo tiempo su talón de Aquiles. Estos bellos dibujos lastran el ritmo de la escena, y obligan a una narración en tercera persona excesivamente explicativa. Se asemeja en ocasiones a un libro ilustrado, más que a una novela gráfica, y el placer de la contemplación a veces no compensa la torpeza argumental.
Decimos adiós, o mejor hasta pronto, tras la aclaración sobre los hechos que tuvieron lugar durante los primeros años de Roland como pistolero. Me consta que su adaptación al cómic continúa, ahora como adulto a la caza obsesiva del Hombre de Negro. Muchas cosas deben suceder antes de ubicarnos en los hechos narrados en el primer libro original, con lo que entiendo tenemos franquicia para rato, y espero cuenten con el mismo equipo creativo.
Existe un viejo dicho (que se hizo viejo porque la gente ha sido condenadamente perezosa para inventar otro) que reza así: la noche es más oscura justo antes del amanecer.
Valoración: 6/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario