GUION Y DIBUJOS: Nate Powell
EDITORIAL: La Cúpula
PVP: 20,00 €
Tomo tapa dura, 17x24 cm., 220 páginas, B/N
Ruth y su hermanastro son dos jóvenes muy acomplejados, con muchos problemas de autoestima, derivados de un comportamiento disociado. La esquizofrenia, los trastornos obsesivos compulsivos, y una medicación impuesta pero insuficiente, controlan la dirección de sus vidas. Poco consuelo encuentran en familia, amigos, y entorno escolar, por lo que el drama se convierte en un protagonista desgarrador en sus existencias.
Nos concentramos sobretodo en la chica, quien padece un serio trastorno de TOC que la impele a ordenar una vez y otra su colección de insectos. Su hermano parece saber sobrellevar mejor sus problemas en el entorno social, pues solamente cumple órdenes del pequeño mago lapicero, quien le obliga a dibujar sin descanso.
La abuela senil moribunda, con quien comparten el salón, un padre apático, y una madre que bastante tiene con sus propios fantasmas, deben ser el soporte vital para mantener la cordura en un mundo ya de por sí hostil.
El planteamiento llama a la lectura del álbum, pero su desarrollo dista mucho de igualar las expectativas. Un desarrollo errático, que se explica como empatía hacia la protagonista, pero que convierte la lectura del cómic en una experiencia prácticamente vacía. Tan solo algún destello de genialidad justifica el hecho de haber obtenido nada menos que un premio Ignatz en 2008.
La trama, aun soporífera y banal, cuenta con los hermosos dibujos de Nate Powell, que destacan por su increible sensibilidad y su impecable limpieza. Al servicio de una composición más coherente, el título hubiera podido equilibrarse con Epiléptico, pues comparte principio y propósito; pero no podemos pedir lo imposible.
Valoración: 3,5/10
EDITORIAL: La Cúpula
PVP: 20,00 €
Tomo tapa dura, 17x24 cm., 220 páginas, B/N
Ruth y su hermanastro son dos jóvenes muy acomplejados, con muchos problemas de autoestima, derivados de un comportamiento disociado. La esquizofrenia, los trastornos obsesivos compulsivos, y una medicación impuesta pero insuficiente, controlan la dirección de sus vidas. Poco consuelo encuentran en familia, amigos, y entorno escolar, por lo que el drama se convierte en un protagonista desgarrador en sus existencias.
Nos concentramos sobretodo en la chica, quien padece un serio trastorno de TOC que la impele a ordenar una vez y otra su colección de insectos. Su hermano parece saber sobrellevar mejor sus problemas en el entorno social, pues solamente cumple órdenes del pequeño mago lapicero, quien le obliga a dibujar sin descanso.
La abuela senil moribunda, con quien comparten el salón, un padre apático, y una madre que bastante tiene con sus propios fantasmas, deben ser el soporte vital para mantener la cordura en un mundo ya de por sí hostil.
El planteamiento llama a la lectura del álbum, pero su desarrollo dista mucho de igualar las expectativas. Un desarrollo errático, que se explica como empatía hacia la protagonista, pero que convierte la lectura del cómic en una experiencia prácticamente vacía. Tan solo algún destello de genialidad justifica el hecho de haber obtenido nada menos que un premio Ignatz en 2008.
La trama, aun soporífera y banal, cuenta con los hermosos dibujos de Nate Powell, que destacan por su increible sensibilidad y su impecable limpieza. Al servicio de una composición más coherente, el título hubiera podido equilibrarse con Epiléptico, pues comparte principio y propósito; pero no podemos pedir lo imposible.
Valoración: 3,5/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario