El asesino de Green River

GUION: Jeff Jensen
DIBUJOS: Jonathan Case
EDITORIAL: Norma
PVP: 22,00 €


Tomo tapa dura, 17 x 24 cm., 240 pag., B/N. 2ª edición.

Menuda expectación ha levantado este título, que ha sabido llamar la atención del respetable, de un modo más habitual en el entorno cinematográfico que en las dos tristes dimensiones del papel impreso. Y del mismo modo que una ola enorme muere mansa al alcanzar la orilla, la lectura de estas páginas modula esa sensación inicial hasta situarnos en la verdadera medida de la obra.

Doy mi permiso para ser malinterpretado, en esta ocasión, pero no le será complicado al lector habitual identificarse con mi estado de ánimo. Debo reconocer que, tal y como menciona un célebre escritor en su frase promocional (en la portada antes que cualquier otra mención a premios o autores; hay que vender ejemplares), estoy ante la escena incial más terrorífica que he leído en años. Y eso no es moco de pavo, en mi caso.

El asesino de Green River narra la investigación que lleva a cabo un policía, tras los pasos de un asesino en serie que operaba en esa zona, allá en los ’80. Gozaremos de dos líneas temporales que discurrirán paralelas: los muchos años de infructuosa investigación por un lado, y por otro lado y ya en siglo XXI, cuando han detenido al presunto autor y está sometido a un intenso interrogatorio.

Se transparentan dos características indelebles del guionista, Jeff Jensen. La primera es que es el hijo de su padre, el policía al cargo de las investigaciones, aunque dicha subjetividad narrativa no tiene por qué afectar negativamente el resultado. La segunda, que es de profesión periodista, no escritor de tebeos. Si bien ambas circunstancias no acostumbran a pervertir el producto por separado, advierto que juntas y revueltas dan como resultado una obra inconclusa: el autor ha sido incapaz de vaciar por completo la llaga purulenta que ansiaba reventar.

El dibujante Jonathan Case resulta una muy buena elección para este trabajo, y se destaca como un buen ejemplo de ilustrador en el género negro. Tiene la obligación de dibujar rostros en cada viñeta, con mucha expresividad, pero manteniendo la distancia requerida por la objetividad de la historia. Encajaría estupendamente en la plantilla de la línea Vertigo Noir.

Honestamente, considero que no han sabido transmitir con la intensidad suficiente los hechos y sensaciones que tienen lugar en la historia. La realidad llega a nosotros a través de un conducto, un filtro, que resulta ser la página. Debes ser un maestro para saber enfocar y conectar con el lector, y en esta ocasión, siento que se ha perdido buena parte de la trama en el proceso. Aun así, lectura recomendada.


Valoración: 6/10