GUION: Mark Millar, Grant Morrison
DIBUJOS: Phillip Hester
EDITORIAL: Planeta
PVP: 35,00 y 30,00 € respectivamente
Tomo tapa blanda. 458 pgs color. 15 x 23 cm. Swamp Thing #140-157 USA; tomo tapa blanda. 440 pgs color. 15 x 23 cm. Contiene: Swamp Thing #158-171 USA.
Cuando el dios Alan Moore se hizo cargo de Swampy, nadie daba un duro por el personaje. Ni siquiera yo, a pesar de las insistentes recomendaciones de mis amigos, apostaba por el título, pues imaginaba una planta derrotando villanos con la técnica de provocar aburrimiento mediante fotosíntesis. Tras una lección de anatomía, el parecer de los lectores fue muy distinto.
Tras su paso por la colección, tomó el relevo al cargo uno de sus colaboradores artísticos, pero la incomprensión editorial y la estrecha mentalidad norteamericana dieron al traste con el proyecto. El gigante verde de los guisantes disfrutó todavía de algunos buenos momentos, pero no fue hasta mediados los ’90 que dos talentos se hicieron cargo.
Grant Morrison, pero sobretodo Mark Millar, emprendieron el trayecto de manera conjunta, para devolver a la criatura elemental el lugar que le correspondía. Obra de tal envergadura abarcó un amplio periodo, que se extendió casi por tres años, y que finalmente podemos disfrutar aquí, en papel y en castellano.
Costó arrancar, algo que achaco por entero a Morrison, que lastró el principio de modo alarmante. Un fiero monstruo debe ser detenido, antes que provoque el caos con su actitud violenta. Pronto endereza la trama, introduciendo a la Cosa del Pantano en un libro inacabado, protagonizando historias con alternativas increíbles. Todo parece inconexo, pero finalmente se desvela la autoridad tras estas acciones, y como siempre ocurre con el ser elemental, acabará implicado en eventos que implican la supervivencia del planeta mismo.
Muchos son los ilustradores que trabajan en tan extenso trabajo, pero es en Phil Hester en quien recae el peso de la obra. Su estilo nos retrotrae a ese periodo propicio del noveno arte, los ’80, algo más impactante teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde entonces. Ahora sabemos que el talento puede impregnar el estilo con que se transmite un personaje, pero en un momento que se exigía relacionar ambas etapas, fue el señor Hester quien supo salir del paso.
Muchos números recopilados, mucho tiempo transcurrido. A la fuerza, ello es sinónimo de altibajos en la calidad del producto final. Sin embargo, debo reconocer que la colección tiene sus momentos estelares, capaces de provocar aprensión o incredulidad. Ayuda la participación de secundarios habituales en el entorno del personaje, tales como Constantine, Strange, Sargon, Woodrue o Arcane.
La recuperación de material inédito, y a mi parecer imprescindible, del sello Vertigo de la DC, es uno de los logros más significativos de Planeta en esta etapa que ya termina. Si bien es cierto que Black Orquid y Kid Eternity supusieron una decepción, y que efectivamente no justificaban su publicación hace años, era cuestión de ley permitir al lector de nuestro país poder disfrutar y valorar debidamente de estos trabajos. La Cosa del Pantano ha resultado ser la más aceptable, a pesar del elevado precio de publicación a tamaño reducido, lo que evidencia el reducido grupo de lectores a los que va dirigido.
Valoración: 7/10
DIBUJOS: Phillip Hester
EDITORIAL: Planeta
PVP: 35,00 y 30,00 € respectivamente
Tomo tapa blanda. 458 pgs color. 15 x 23 cm. Swamp Thing #140-157 USA; tomo tapa blanda. 440 pgs color. 15 x 23 cm. Contiene: Swamp Thing #158-171 USA.
Cuando el dios Alan Moore se hizo cargo de Swampy, nadie daba un duro por el personaje. Ni siquiera yo, a pesar de las insistentes recomendaciones de mis amigos, apostaba por el título, pues imaginaba una planta derrotando villanos con la técnica de provocar aburrimiento mediante fotosíntesis. Tras una lección de anatomía, el parecer de los lectores fue muy distinto.
Tras su paso por la colección, tomó el relevo al cargo uno de sus colaboradores artísticos, pero la incomprensión editorial y la estrecha mentalidad norteamericana dieron al traste con el proyecto. El gigante verde de los guisantes disfrutó todavía de algunos buenos momentos, pero no fue hasta mediados los ’90 que dos talentos se hicieron cargo.
Grant Morrison, pero sobretodo Mark Millar, emprendieron el trayecto de manera conjunta, para devolver a la criatura elemental el lugar que le correspondía. Obra de tal envergadura abarcó un amplio periodo, que se extendió casi por tres años, y que finalmente podemos disfrutar aquí, en papel y en castellano.
Costó arrancar, algo que achaco por entero a Morrison, que lastró el principio de modo alarmante. Un fiero monstruo debe ser detenido, antes que provoque el caos con su actitud violenta. Pronto endereza la trama, introduciendo a la Cosa del Pantano en un libro inacabado, protagonizando historias con alternativas increíbles. Todo parece inconexo, pero finalmente se desvela la autoridad tras estas acciones, y como siempre ocurre con el ser elemental, acabará implicado en eventos que implican la supervivencia del planeta mismo.
Muchos son los ilustradores que trabajan en tan extenso trabajo, pero es en Phil Hester en quien recae el peso de la obra. Su estilo nos retrotrae a ese periodo propicio del noveno arte, los ’80, algo más impactante teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde entonces. Ahora sabemos que el talento puede impregnar el estilo con que se transmite un personaje, pero en un momento que se exigía relacionar ambas etapas, fue el señor Hester quien supo salir del paso.
Muchos números recopilados, mucho tiempo transcurrido. A la fuerza, ello es sinónimo de altibajos en la calidad del producto final. Sin embargo, debo reconocer que la colección tiene sus momentos estelares, capaces de provocar aprensión o incredulidad. Ayuda la participación de secundarios habituales en el entorno del personaje, tales como Constantine, Strange, Sargon, Woodrue o Arcane.
La recuperación de material inédito, y a mi parecer imprescindible, del sello Vertigo de la DC, es uno de los logros más significativos de Planeta en esta etapa que ya termina. Si bien es cierto que Black Orquid y Kid Eternity supusieron una decepción, y que efectivamente no justificaban su publicación hace años, era cuestión de ley permitir al lector de nuestro país poder disfrutar y valorar debidamente de estos trabajos. La Cosa del Pantano ha resultado ser la más aceptable, a pesar del elevado precio de publicación a tamaño reducido, lo que evidencia el reducido grupo de lectores a los que va dirigido.
Valoración: 7/10
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