domingo, 23 de agosto de 2015
Epileptico
GUION Y DIBUJOS: David B
EDITORIAL: Sinsentido
PVP: 20 €
Libro 376 pgs b/n, tapa dura, tamaño 18 x 24,5 cm. 2a edición.
Por fin recopilados los seis volúmenes que comprenden la obra cumbre, hasta el momento, del talentoso artista francés autodenominado David Beauchard. Originariamente La Ascensión del Gran Mal, esta serie se publicó en su país de origen entre los años 1996 y 2003, aunque fue concebida, como tenemos la oportunidad de descubrir, mucho antes, durante la vida del mismo autor.
Mucho y bien había oido hablar de este trabajo, y teniendo en cuenta mi inclinación particular como lector de cómics, ganas tenía de ponerle las manos encima. En cierta ocasión, ya tuve oportunidad de ojear una de las entregas, la cuarta si mi memoria no me falla como acostumbra. Debo admitir que ya entonces me sentí desconcertado, sentimiento éste que atribuí al hecho de que me encontraba a mitad del camino, sin indicaciones ni orientación adecuada. Fácil perderse.
Ahora, me facilitan la vida con la edición de un integral, imprescindible en el mercado comiquero actual, para recopilar toda la obra completita y compacta, aunque a un tamaño ligeramente distinto del que fue originalmente concebido. Son los inconvenientes de vivir sumergido en un período de crisis económica galopante.
Desgraciadamente, sus páginas no han alcanzado mi vena comiquera. No es la primera vez que tropiezo sin gloria con un trabajo de este autor, quien además de desconcertarme, me deja frío e indiferente con respecto a su mensaje. Culpa suya no puede ser, pues no dejo de leer loas y alabanzas respecto a esta obra. Asumo, pues, mi incapacidad de disfrutarla como un problema propio, pero no deja de ser un PAMNMHG.
Como bien nos alecciona Quim Pérez, este trabajo puede tener múltiples y diversas lecturas, cada cual con su propio ángulo de estudio y aprendizaje: sociológicamente, explica el rechazo de la sociedad ante una enfermedad agresiva; desde el punto de vista autobiográfico y psicológico, profundizar en la mente del autor, y cómo enfrenta, de manera personal, sus propios fantasmas; la terapia y la medicina como salvavidas, mentiras vendidas por nefastos sin escrúpulos, esperanza como tenaza para ahogar al desalentado. Eso sólo por indicar unas pocas premisas, las que más me han impactado personalmente.
De cualquier modo, el mayor mérito de este cómic, a mi entender, no es lo que cuenta, si no cómo lo cuenta. Diseño gráfico y arte secuencial son conceptos que, a partir de ahora, difícilmente pueden explicarse sin las referencias obligadas a este libro. Una transición histórica en la BD que se demuestra con el ejemplo de una sola obra.
A pesar de todos sus méritos, este alienado autor no logra conectar con el ávido amante de historias que se oculta en mi interior. En exceso personal, hermético, no me permite acceder a su punto de vista, vestirme con su pellejo, y compartir sus experiencias como si fueran mías. Encerrado en sí mismo, encuentra el modo de expresarse ante un interlocutor sensible, dispuesto a comprender a través de su obra. Yo, por desgracia, no formo parte de ese colectivo.
Valoración: 5,5/10
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