viernes, 19 de septiembre de 2014
La Isla sin Sonrisa
GUION Y DIBUJOS: Enrique Fernández
EDITORIAL: Glenat
PVP: 12,95 €
Álbum tapa dura. 56 pgs color. 24 x 32 cm.
Otro ejemplo de álbum que ha terminado en mis manos debido, fundamentalmente, a la entrevista que mantuvo su autor en cierto programa de radio volcado en el mundillo de los cómics. Efectivamente, me refiero al Més enllà de la vinyeta, y aunque tarde, cumplo mis promesas y hago mis deberes que, en esta ocasión, son satisfactorios.
Un geólogo malencarado desembarca en un decadente islote, empeñado en realizar su monónota y simple tarea sin interrupciones. Es la tristeza personificada, la ausencia de esperanza, la sonrisa perdida para siempre. Viene a recibirle una niña parlanchina, luminosa, risueña y tremendamente imaginativa, que no abandonará su determinación por despertar una sonrisa en el rostro sombrío del recién llegado.
Una historia que se sirve del contraste de dos determinaciones férreas para conformar una sola imagen. El desespero de un hombre, enfrentado a sí mismo por la actitud ilusionada de una mocosa. Una imagen onírica, de fabulosa fantasía infantil recogida en una actitud por la vida. La inocencia de una criatura, arma imbatible contra los avatares de un destino a menudo cruel. Desde Koma no descubría un título tan sencillo y tan profundo, que firmaría incluso el mismo Miyazaki para una de sus producciones.
Enrique Fernández se sirve de su estilo gráfico como integrante fundamental de la narración. Tal es el punto, que se construye la hermosa historia a partir de esos dibujos animados, aun estáticos en el papel, tal es la limitación y la belleza del cómic.
Todavía húmedos tengo los ojos, debido sobretodo a la primera mitad del volumen, donde exploramos el vacío que enfrenta un ser humano, afianzado en la soledad y el pesar. La conclusión, cual arbol cuyas ramas apuntan a las estrellas, enfoca una apuesta sita en la fantasía, un género que aplaudo, pero cuya idoneidad en este punto tiene sus contraindicaciones. Aun así, pocos méritos puedo restarle a estas alturas, y no me queda otra que recomendar su lectura.
- Pensé que el lobo iba a atacarte.
- ¿Por qué? No he hecho nada malo.
- No tiene nada de especial.
- ¡Claro! ¡Porque aquí son todas iguales, pero ésta la he cogido de más allá, en un sitio donde era la única diferente! ¿Es o no es especial?
Valoración: 7,5/10
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