GUION: Alain Ayroles
DIBUJOS: Luigi Critone
EDITORIAL: Planeta
PVP: 8,95 €
Álbum 56 pgs color, tapa dura, tamaño 20,5x28 cm.
La Soberbia. La Envidia. La Ira, La Pereza. La Avaricia. La Gula. La Lujuria. Los siete Pecados Capitales. Siete pecados que engendran todos los demás, del mortal al venial, del más vil al más liviano.
Ya son cuatro las entregas de esta colección que, religiosamente, procedo a reseñar cada mes, de manera puntual, cumpliendo con el propósito de año nuevo que me impuse en su momento. En esta ocasión le toca el turno a siete misioneros, siete monjes de un monasterio irlandés, allá en el siglo IX. Ni guerreros ni soldados ni nada que pueda resultar emocionante. Para el caso, me podrían haber puesto siete abuelas haciendo calceta. Y justo cuando ya doy por hecho que el hábito hace al monje, me encuentro con el mejor libro de la colección hasta el momento.
El mayor inconveniente del escritor, es presentar y concretar siete caracteres en poco tiempo, de manera que resulten convincentes, con tres dimensiones, y dejen espacio suficiente para el nudo de la historia. Ayroles ha demostrado arte y oficio, al insuflar a cada uno de los protagonistas la personificación de un pecado capital, por todos nosotros harto conocidos. Con ello, en dos pinceladas ya tenemos al grupo perfilado y en camino hacia su acostumbrada misión.
Esta consiste, nada menos, en evangelizar una tribu norteña salvaje y sanguinaria. Es a priori una prueba suicida, pero contamos con unos personajes muy carismáticos, que nos sorprenderán cada uno en su papel. Nos arrancarán más de una sonrisa en el proceso de transmitir a los paganos el amor al prójimo (especialmente a la mujer del prójimo), la pasión por el buen vino, el ansia de poder o el deseo de riquezas. Si a eso le sumamos los divertidos malentendidos que conducirán la trama por vericuetos sorprendentes, obtenemos un muy ameno e inteligente cómic.
Tal es el talento del guionista por dar personalidad a sus criaturas, que somos capaces de diferenciarlos a cada uno de ellos, en una viñeta totalmente oscura, sin más referencia que cuatro palabras pronunciadas en cierta circunstancia. El mismo don posee el dibujante, presumiblemente de origen italiano, Luigi Critone, que transmite en sus rostros, en sus facciones, en sus gestos y posturas, aquél pecado capital al que hace referencia. Prueba si no me crees a etiquetar a cada uno de ellos, sin saber más que el inocente lector que por vez primera se encuentra con dichos retratos. Por eso mismo, aunque no comparto la alegría por el estilo, con demasiado color y relieve para una trama relativamente realista, apruebo su trabajo en general.
Sorprendente cómic, no tan solo por la impresionante caracterización de los protagonistas. Más allá de lo evidente, el autor sabe jugar con ciencia las cartas de la política religiosa de la época, envolviendo la trama con un subterfugio superior al de las necedades propias de nuestros héroes.
Valoración: 7,5/10
DIBUJOS: Luigi Critone
EDITORIAL: Planeta
PVP: 8,95 €
Álbum 56 pgs color, tapa dura, tamaño 20,5x28 cm.
La Soberbia. La Envidia. La Ira, La Pereza. La Avaricia. La Gula. La Lujuria. Los siete Pecados Capitales. Siete pecados que engendran todos los demás, del mortal al venial, del más vil al más liviano.
Ya son cuatro las entregas de esta colección que, religiosamente, procedo a reseñar cada mes, de manera puntual, cumpliendo con el propósito de año nuevo que me impuse en su momento. En esta ocasión le toca el turno a siete misioneros, siete monjes de un monasterio irlandés, allá en el siglo IX. Ni guerreros ni soldados ni nada que pueda resultar emocionante. Para el caso, me podrían haber puesto siete abuelas haciendo calceta. Y justo cuando ya doy por hecho que el hábito hace al monje, me encuentro con el mejor libro de la colección hasta el momento.
El mayor inconveniente del escritor, es presentar y concretar siete caracteres en poco tiempo, de manera que resulten convincentes, con tres dimensiones, y dejen espacio suficiente para el nudo de la historia. Ayroles ha demostrado arte y oficio, al insuflar a cada uno de los protagonistas la personificación de un pecado capital, por todos nosotros harto conocidos. Con ello, en dos pinceladas ya tenemos al grupo perfilado y en camino hacia su acostumbrada misión.
Esta consiste, nada menos, en evangelizar una tribu norteña salvaje y sanguinaria. Es a priori una prueba suicida, pero contamos con unos personajes muy carismáticos, que nos sorprenderán cada uno en su papel. Nos arrancarán más de una sonrisa en el proceso de transmitir a los paganos el amor al prójimo (especialmente a la mujer del prójimo), la pasión por el buen vino, el ansia de poder o el deseo de riquezas. Si a eso le sumamos los divertidos malentendidos que conducirán la trama por vericuetos sorprendentes, obtenemos un muy ameno e inteligente cómic.
Tal es el talento del guionista por dar personalidad a sus criaturas, que somos capaces de diferenciarlos a cada uno de ellos, en una viñeta totalmente oscura, sin más referencia que cuatro palabras pronunciadas en cierta circunstancia. El mismo don posee el dibujante, presumiblemente de origen italiano, Luigi Critone, que transmite en sus rostros, en sus facciones, en sus gestos y posturas, aquél pecado capital al que hace referencia. Prueba si no me crees a etiquetar a cada uno de ellos, sin saber más que el inocente lector que por vez primera se encuentra con dichos retratos. Por eso mismo, aunque no comparto la alegría por el estilo, con demasiado color y relieve para una trama relativamente realista, apruebo su trabajo en general.
Sorprendente cómic, no tan solo por la impresionante caracterización de los protagonistas. Más allá de lo evidente, el autor sabe jugar con ciencia las cartas de la política religiosa de la época, envolviendo la trama con un subterfugio superior al de las necedades propias de nuestros héroes.
Valoración: 7,5/10
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