GUION: Abel Lanzac, Christophe Blain
DIBUJOS: Christophe Blain
EDITORIAL: Norma
PVP: 17,00 €
Tomo tapa dura, 21 x 26,5 cm., 96 pag., color.
El extraño nombre de esta colección, Quai d’Orsay, viene a cuento por tratarse de la dirección que ocupa el popular Ministerio de Asuntos Exteriores en Francia. Allí tendrán lugar las vicisitudes de nuestros protagonistas, retratadas para nuestro deleite por un recurrente redactor, recién contratado por el ministro en persona.
Pero no nos llevemos a engaño, pues la popularidad de esta serie en el país vecino viene dada por la equivalencia entre el ministro ficticio y el real, que próximamente pugnará por un lugar en lo más alto del escalafón del poder francés. Si estáis al tanto de la situación política por esos lares, seguro os sonará el nombre de Villepin, cuyo retrato tratan con desparpajo en esta BD.
El protagonista será un joven político de izquierdas, contratado por sorpresa, y personalmente, por el ministro de asuntos exteriores, de ideología de derechas. Su labor consistirá en redactar los discursos que pronunciará en diferentes congresos y simposios internacionales, algo que resultará decisivo en el devenir de la situación geopolítica internacional.
El punto fuerte de este álbum lo encontramos en el apartado gráfico, donde un reconocido Christophe Blain vuelve a la primera línea de la producción. Se vuelca en la labor, contando con sus habituales estrategias narrativas que tan buen resultado le ha dado a lo largo de su carrera, expresando en gestos y deformando a voluntad, sin temor a herir sensibilidades.
Es además coguionista, junto a Abel Lanzac, en una historia que no explota la sátira hasta sus últimas consecuencias. Es tanto el potencial, y tal la glotonería que despierta abusar del icono en el poder, que decepciona la poca voluntad de herir de gravedad, dejando al final en buen lugar a políticos y sátrapas, algo que no es de mi agrado.
Sin embargo, me sorprendo con ganas de más, justo al acabar la lectura de este primer álbum. Imagino que replantearé mi valoración cuando pueda hacerme con la segunda y última entrega de esta serie, o vea la película que inspirará y se estrenará próximamente en cines (cuando las ranas críen pelo o yo me aficione por el cine francés, lo que ocurra antes).
Valoración: 4/10
DIBUJOS: Christophe Blain
EDITORIAL: Norma
PVP: 17,00 €
Tomo tapa dura, 21 x 26,5 cm., 96 pag., color.
El extraño nombre de esta colección, Quai d’Orsay, viene a cuento por tratarse de la dirección que ocupa el popular Ministerio de Asuntos Exteriores en Francia. Allí tendrán lugar las vicisitudes de nuestros protagonistas, retratadas para nuestro deleite por un recurrente redactor, recién contratado por el ministro en persona.
Pero no nos llevemos a engaño, pues la popularidad de esta serie en el país vecino viene dada por la equivalencia entre el ministro ficticio y el real, que próximamente pugnará por un lugar en lo más alto del escalafón del poder francés. Si estáis al tanto de la situación política por esos lares, seguro os sonará el nombre de Villepin, cuyo retrato tratan con desparpajo en esta BD.
El protagonista será un joven político de izquierdas, contratado por sorpresa, y personalmente, por el ministro de asuntos exteriores, de ideología de derechas. Su labor consistirá en redactar los discursos que pronunciará en diferentes congresos y simposios internacionales, algo que resultará decisivo en el devenir de la situación geopolítica internacional.
El punto fuerte de este álbum lo encontramos en el apartado gráfico, donde un reconocido Christophe Blain vuelve a la primera línea de la producción. Se vuelca en la labor, contando con sus habituales estrategias narrativas que tan buen resultado le ha dado a lo largo de su carrera, expresando en gestos y deformando a voluntad, sin temor a herir sensibilidades.
Es además coguionista, junto a Abel Lanzac, en una historia que no explota la sátira hasta sus últimas consecuencias. Es tanto el potencial, y tal la glotonería que despierta abusar del icono en el poder, que decepciona la poca voluntad de herir de gravedad, dejando al final en buen lugar a políticos y sátrapas, algo que no es de mi agrado.
Sin embargo, me sorprendo con ganas de más, justo al acabar la lectura de este primer álbum. Imagino que replantearé mi valoración cuando pueda hacerme con la segunda y última entrega de esta serie, o vea la película que inspirará y se estrenará próximamente en cines (cuando las ranas críen pelo o yo me aficione por el cine francés, lo que ocurra antes).
Valoración: 4/10
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