GUION: Apostolos Doxiadis, Christos H. Papadimitriou
DIBUJOS: Alecos Papadatos
EDITORIAL: Sinsentido
PVP: 24,00 €
Tomo tapa blanda con solapas, 17x24 cm., 352 pag., color
Debo reconocer que, en esta ocasión, sufrí un grave engaño con respecto a este cómic. No temo a prospectos publicitarios o anaqueles dogmáticos en la foma de viñetas, pues he aprendido, con el paso de los años, a reconocer el arte en el empeño tanto como el resultado. Por eso mismo, una novela gráfica inspirada en las matemáticas, que acercara al lector al apasionante mundo de las ciencias exactas, no era algo que precisamente me alejara del producto.
Ocurre que, una y otra vez, en todos los rincones del libro, se me aseguraba no era un tratado científico, ni un riguroso repaso histórico a los apasionantes momentos que han vivido los estudiosos, allá en la biblioteca, o enganchados a interminables fórmulas. Juraban se trataba de acercarnos a la pasión que destilaban los genios, seres humanos totalmente involucrados en el desarrollo intelectual del ser humano. Una historia de sentimientos y entusiasmo.
A estas alturas de la reseña, huelga decir que piqué como un panoli; pero para evitar que otros sigan mis pasos, envío esta señal de alerta, para avisar de la trampa. El libro no es más que una biografía ilustrada de un matemático de nivel, británico de nacimiento y de apellido Russell, que reescribió el modo de entender la ciencia madre, a través de complejos postulados lógicos.
Si al menos hubieran seguido sus propias premisas, y nos hubiesen presentado al hombre, con sus dudas y sus proezas, el resultado podría ser más interesante y ameno, como demuestran otros ejemplos en cine y literatura basados en la vida de genios científicos, y que lejos de ser un plomo existencial, amenizan al espectador. Pero poco de eso hay.
La labor gráfica está por encima de la media, si aceptas la escuela del “quién es quién”, con una serie de elementos faciales dibujados sobre una base común. Nada puede no obstante sobrellevar la pesada carga que supone pasar página. Podéis advertir que he obviado hablar de los autores, griegos de nacionalidad, y la pereza me impide recordar sus nombres, pues estoy seguro que jamás volveré a oirlos, menos escribirlos, gracias.
Quieres que aprendamos algo decente, aunque sea por medio de dibujitos? Pues narra una historia con cara y ojos. Quieres justificar la necesidad de cómics, implicando la docencia en el asunto? Gracias pero no, gracias. Me gusta el medio tal y como está, sin tener que rendir cuentas. Que no te engañen.
Valoración: 3/10
DIBUJOS: Alecos Papadatos
EDITORIAL: Sinsentido
PVP: 24,00 €
Tomo tapa blanda con solapas, 17x24 cm., 352 pag., color
Debo reconocer que, en esta ocasión, sufrí un grave engaño con respecto a este cómic. No temo a prospectos publicitarios o anaqueles dogmáticos en la foma de viñetas, pues he aprendido, con el paso de los años, a reconocer el arte en el empeño tanto como el resultado. Por eso mismo, una novela gráfica inspirada en las matemáticas, que acercara al lector al apasionante mundo de las ciencias exactas, no era algo que precisamente me alejara del producto.
Ocurre que, una y otra vez, en todos los rincones del libro, se me aseguraba no era un tratado científico, ni un riguroso repaso histórico a los apasionantes momentos que han vivido los estudiosos, allá en la biblioteca, o enganchados a interminables fórmulas. Juraban se trataba de acercarnos a la pasión que destilaban los genios, seres humanos totalmente involucrados en el desarrollo intelectual del ser humano. Una historia de sentimientos y entusiasmo.
A estas alturas de la reseña, huelga decir que piqué como un panoli; pero para evitar que otros sigan mis pasos, envío esta señal de alerta, para avisar de la trampa. El libro no es más que una biografía ilustrada de un matemático de nivel, británico de nacimiento y de apellido Russell, que reescribió el modo de entender la ciencia madre, a través de complejos postulados lógicos.
Si al menos hubieran seguido sus propias premisas, y nos hubiesen presentado al hombre, con sus dudas y sus proezas, el resultado podría ser más interesante y ameno, como demuestran otros ejemplos en cine y literatura basados en la vida de genios científicos, y que lejos de ser un plomo existencial, amenizan al espectador. Pero poco de eso hay.
La labor gráfica está por encima de la media, si aceptas la escuela del “quién es quién”, con una serie de elementos faciales dibujados sobre una base común. Nada puede no obstante sobrellevar la pesada carga que supone pasar página. Podéis advertir que he obviado hablar de los autores, griegos de nacionalidad, y la pereza me impide recordar sus nombres, pues estoy seguro que jamás volveré a oirlos, menos escribirlos, gracias.
Quieres que aprendamos algo decente, aunque sea por medio de dibujitos? Pues narra una historia con cara y ojos. Quieres justificar la necesidad de cómics, implicando la docencia en el asunto? Gracias pero no, gracias. Me gusta el medio tal y como está, sin tener que rendir cuentas. Que no te engañen.
Valoración: 3/10
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