GUION Y DIBUJOS: David Rubín
EDITORIAL: Astiberri
PVP: 25,00 €
Tomo tapa dura, 18x24,5 cm., 280 pag., color.
Ampliamente aclamada y comentada, aunque en ocasiones malinterpretada, esta obra va camino de convertirse en uno de los referentes más importantes en la carrera artística de su autor, que se abre camino en el panorama comiquero nacional. Efectivamente, tras algunos trabajos de envergadura y proyección entre crítica y aficionados, David Rubín ha escogido la vía de aventurarse en un proyecto complicado, que muchos tacharían de locura en la situación editorial que vivimos.
En esta obra el autor es, sobretodo, fiel a sí mismo, y pretende ofrecer al cómic algo a cambio de lo mucho que el noveno arte le ha proporcionado en su carrera vital. Un proyecto imposible de emprender de carecer con el apoyo incondicional de la industria, a modo de un equipo colaborador muy profesional, y ya avezado en estas lides.
La relación de la historia con los mitos griegos es obvia, muletilla imprescindible para desencadenar la trama que prepara Rubín. Heracles es hermano de Euristeo, y debido a manejos y ardides, su obligado servidor. Uno tras otro, se verá incitado a realizar una serie de tareas, que pondrán a prueba todos sus valores, le permitirán madurar, y lo convertirán en el hombre que pretende ser.
Cómo se forja un héroe? Qué sentimientos esconden su impenetrable piel y su pétreo rostro, siempre confiado, transmitiendo seguridad en sí mismo? Somos lo que hacemos, u operamos como consecuencia de nosotros mismos? Estoy convencido que obtendremos, antes o después, las respuestas a estos dilemas, en el segundo volumen de la obra.
Cabe destacar los mejores triunfos del autor, a saber: un manejo generoso del color, y una habilidad profesional de la composición, capaces por sí mismos de narrar cualquiera que sea el propósito del artista. Ha sabido apostar, además, por un punto de vista no exento de humor, recurriendo a anacronismos varios que pueden chirriar si no vamos predispuestos. Pero no quiero olvidar subrayar el trato independiente que ofrece a cada episodio, a cada una de las labores impuestas al héroe, de modo que se intuye la evolución del personaje hacia el instante que nos conduce el señor Rubín.
Ansioso estoy por recibir la conclusión de esta obra, que entiendo se hará esperar, por la complejidad implícita de la labor. Imagino una tendencia más oscura en el desarrollo del personaje, algo que ya se apunta tras el autoanálisis, pero las sorpresas nunca terminan cuando tratas con un tipo capaz de perseguir a su presa durante un año, o de perseguir un sueño durante toda una vida.
Valoración: 7,5/10
EDITORIAL: Astiberri
PVP: 25,00 €
Tomo tapa dura, 18x24,5 cm., 280 pag., color.
Ampliamente aclamada y comentada, aunque en ocasiones malinterpretada, esta obra va camino de convertirse en uno de los referentes más importantes en la carrera artística de su autor, que se abre camino en el panorama comiquero nacional. Efectivamente, tras algunos trabajos de envergadura y proyección entre crítica y aficionados, David Rubín ha escogido la vía de aventurarse en un proyecto complicado, que muchos tacharían de locura en la situación editorial que vivimos.
En esta obra el autor es, sobretodo, fiel a sí mismo, y pretende ofrecer al cómic algo a cambio de lo mucho que el noveno arte le ha proporcionado en su carrera vital. Un proyecto imposible de emprender de carecer con el apoyo incondicional de la industria, a modo de un equipo colaborador muy profesional, y ya avezado en estas lides.
La relación de la historia con los mitos griegos es obvia, muletilla imprescindible para desencadenar la trama que prepara Rubín. Heracles es hermano de Euristeo, y debido a manejos y ardides, su obligado servidor. Uno tras otro, se verá incitado a realizar una serie de tareas, que pondrán a prueba todos sus valores, le permitirán madurar, y lo convertirán en el hombre que pretende ser.
Cómo se forja un héroe? Qué sentimientos esconden su impenetrable piel y su pétreo rostro, siempre confiado, transmitiendo seguridad en sí mismo? Somos lo que hacemos, u operamos como consecuencia de nosotros mismos? Estoy convencido que obtendremos, antes o después, las respuestas a estos dilemas, en el segundo volumen de la obra.
Cabe destacar los mejores triunfos del autor, a saber: un manejo generoso del color, y una habilidad profesional de la composición, capaces por sí mismos de narrar cualquiera que sea el propósito del artista. Ha sabido apostar, además, por un punto de vista no exento de humor, recurriendo a anacronismos varios que pueden chirriar si no vamos predispuestos. Pero no quiero olvidar subrayar el trato independiente que ofrece a cada episodio, a cada una de las labores impuestas al héroe, de modo que se intuye la evolución del personaje hacia el instante que nos conduce el señor Rubín.
Ansioso estoy por recibir la conclusión de esta obra, que entiendo se hará esperar, por la complejidad implícita de la labor. Imagino una tendencia más oscura en el desarrollo del personaje, algo que ya se apunta tras el autoanálisis, pero las sorpresas nunca terminan cuando tratas con un tipo capaz de perseguir a su presa durante un año, o de perseguir un sueño durante toda una vida.
Valoración: 7,5/10
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