GUION Y DIBUJOS: P. Craig Russell
EDITORIAL: Planeta
PVP: 250 ptas c/u, para un total de siete entregas mensuales en grapa
La adaptación al noveno mundo de la obra de Moorcock tiene pocos finales felices. Recientemente, abordé las colecciones que nos llegaron bajo el auspicio de First, que comprendían joyas del género como Corum y Hawkmoon. Además de, por supuesto, la más emblemática creación del denostado artista, un guerrero noble del caos, nacido albino y criado en un entorno mágico y decadente de Melniboné.
Ese era Elric, melancólico pero temeroso líder de un imperio en declive, conocedor de las más oscuras facetas de la brujería, amigo de los elementos y peligroso para sus enemigos, entre los que se encontraban los propios dioses de Caos. La narración de sus aventuras quedaron en cierto modo interrumpidas tras el naufragio de la editorial, con cierto material para siempre inédito en nuestras tierras, una gran pérdida para los admiradores de Roy Thomas o Gilbert.
Craig Russell también era un permanente colaborador del proyecto, y su relación con el personaje se prolongó aun más; disponemos aquí del beneficio de una novela gráfica hermosamente ilustrada, pero bastante difícil de encontrar a estas alturas, sobre la Ciudad de los Sueños. No es extraño, entonces, verlo navegar en compañía de este marinero albino, portador de una peligrosa espada, que entona tenebrosos cánticos mientras absorve el alma de sus víctimas.
Lo que encontramos en este volumen es, para no dar más rodeos, los últimos pasos de Elric en la tierra, y los últimos momentos de la Tierra, según los relatos originales. Si no sois lectores de las novelas, o al menos estáis al tanto de los sucesos acaecidos en los Reinos Jóvenes, leer esto os va a suponer un incomprensible recopilatorio de eventos sin sentido.
Si de lo contrario, sois aficionados al género de la espada y la brujería, y amantes de las aventuras del amargado albino, disfrutaréis con esta aceptable adaptación de los hechos narrados. Lo mejor, en mi opinión, los hermosos dibujos de un artista que me tiene robado el corazón ya desde sus interpretaciones operísticas de Papageno y Papagena. Sin él, nada de esto tendría sentido, pero admito que algún personaje, lejos de parecer el sanguinario pirata que pretende, se asimila más a un bailarín con bigote recortado. Cosas del autor.
Ocurre que yo poseo esos cómics a grapa editados hace años de manera oscura, cuando todo lo que tuviera un bárbaro en la portada era publicable. Si me pierdo algo en alguna recopilación, peor para mí; ya enmendaré ese error más adelante
Valoración: 6/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario