GUION Y DIBUJOS: Paul Pope
EDITORIAL: Random House
PVP: 14,95
Tomo tapa blanda, 15x21 cm., 208 pag., color.
El escenario, un mundo postapocalíptico; otro más para agregar a la lista. Más concretamente, una de esas vastas ciudades donde se aglomeran los seres humanos, en busca del calor y la proximidad de sus semejantes. Incluso en la evidente miseria que acompaña estos parajes, unos muchachos paracen matar el tiempo del modo habitual, hasta que cae la noche.
Resulta que, cuando cae el manto de la oscuridad para ofuscar el astro rey, los monstruos se apoderan del cotarro, y por alguna desconocida razón, raptan cuantos jóvenes caen en sus garras. Solamente un héroe de la ciencia, paradigma de cuantos habéis conocido en el pasado, planta cara a estas criaturas, pero sus páginas en este cómic están contadas, y la suerte de sus conciudadanos está echada.
Así es la puesta en escena de este panorama, que Pope sazonará con la inclusión de las fuerzas policiales, la hija adolescente del susodicho héroe, una interpelación a la auonomía e independencia de las criaturas malignas, y por supuesto nuestro héroe, Battling Boy.
Se trata de un muchacho algo rebelde, todavía en edad de crecimiento, cuyo padre es una de las deidades más reconocidas del Universo. Deberá demostrar su valía aquí en este extraño mundo, sin más ayuda que unas camisetas capaces de otorgar increíbles cualidades a quien las porta.
Llaman poderosamente la atención algunas similitudes con la obra de cierto autor español, El Héroe, de David Rubín, con quien el mismo Pope comparte no pocas afinidades artísticas. De hecho, han colaborado en un proyecto este mismo año, incluso creo que el propio Rubín está implicado en la segunda entrega de esta serie, tal es la naturaleza de su relación. Entiendo pues que no hay mala sangre entre ambos, a pesar de la relajación fronteriza entre sus labores.
Es en el dibujo donde Pope echa el resto, y marca las pautas de un trabajo propio. El diseño de sus personajes y criaturas se adapta a la perfección a su manera de enfocar la acción, y disfruta ampliando los márgenes de la página hasta hacerlos desaparecer, demostrando su valía y experiencia acumuladas.
Lamento únicamente el tamaño diminuto de la edición, algo inevitable si queremos agrupar sus 200 páginas en un tomo por apenas 15 euros. No te engañes, es un pastón, pero en formato europeo se cuadriplicaría (o más) este precio. A cambio, perdemos espectacularidad, pero al menos podemos permitirnos su lectura.
Valoración: 7/10
EDITORIAL: Random House
PVP: 14,95
Tomo tapa blanda, 15x21 cm., 208 pag., color.
El escenario, un mundo postapocalíptico; otro más para agregar a la lista. Más concretamente, una de esas vastas ciudades donde se aglomeran los seres humanos, en busca del calor y la proximidad de sus semejantes. Incluso en la evidente miseria que acompaña estos parajes, unos muchachos paracen matar el tiempo del modo habitual, hasta que cae la noche.
Resulta que, cuando cae el manto de la oscuridad para ofuscar el astro rey, los monstruos se apoderan del cotarro, y por alguna desconocida razón, raptan cuantos jóvenes caen en sus garras. Solamente un héroe de la ciencia, paradigma de cuantos habéis conocido en el pasado, planta cara a estas criaturas, pero sus páginas en este cómic están contadas, y la suerte de sus conciudadanos está echada.
Así es la puesta en escena de este panorama, que Pope sazonará con la inclusión de las fuerzas policiales, la hija adolescente del susodicho héroe, una interpelación a la auonomía e independencia de las criaturas malignas, y por supuesto nuestro héroe, Battling Boy.
Se trata de un muchacho algo rebelde, todavía en edad de crecimiento, cuyo padre es una de las deidades más reconocidas del Universo. Deberá demostrar su valía aquí en este extraño mundo, sin más ayuda que unas camisetas capaces de otorgar increíbles cualidades a quien las porta.
Llaman poderosamente la atención algunas similitudes con la obra de cierto autor español, El Héroe, de David Rubín, con quien el mismo Pope comparte no pocas afinidades artísticas. De hecho, han colaborado en un proyecto este mismo año, incluso creo que el propio Rubín está implicado en la segunda entrega de esta serie, tal es la naturaleza de su relación. Entiendo pues que no hay mala sangre entre ambos, a pesar de la relajación fronteriza entre sus labores.
Es en el dibujo donde Pope echa el resto, y marca las pautas de un trabajo propio. El diseño de sus personajes y criaturas se adapta a la perfección a su manera de enfocar la acción, y disfruta ampliando los márgenes de la página hasta hacerlos desaparecer, demostrando su valía y experiencia acumuladas.
Lamento únicamente el tamaño diminuto de la edición, algo inevitable si queremos agrupar sus 200 páginas en un tomo por apenas 15 euros. No te engañes, es un pastón, pero en formato europeo se cuadriplicaría (o más) este precio. A cambio, perdemos espectacularidad, pero al menos podemos permitirnos su lectura.
Valoración: 7/10
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