GUION: John Arcudi
DIBUJOS: Peter Snejbjerg
EDITORIAL: Norma
PVP: 20,00 €
Tomo tapa dura. 200 pgs color. 18 x 27 cm.
Los hermanos Eric y Hugh, junto a su mejor amigo Sam, forman una alianza inquebrantable. Pasan buena parte de su tiempo libre juntos, y planean las vacaciones unidos, convirtiéndose en todo un ejemplo de familia bien avenida, cofraternizando y compartiendo venturas y pesares.
No obstante, un aciago día, una explosión sacude el edificio de apartamentos donde duerme Eric, proporcionándole superpoderes extraordinarios, tales como invulnerabilidad, superfuerza, supervelocidad… todo el conjunto. Será a partir de entonces cuando se planteará su auténtica naturaleza, y la relación que mantendrá en lo sucesivo con la humanidad.
La trama cumple con el interesante concepto de una criatura con mucho poder, mezclada con el común de los humanos, algo casi tan viejo como la apostilla de “superhéroe”. Peor aún, no tratamos con un extraterrestre o el producto de un mal experimento científico: un accidente desvía la recta moral de un cristiano convencido, y lo conduce por el peor de los caminos.
La apuesta de Arcudi funciona como un marco aceptable, al modo de los primeros Irredeemable de Waid. Falla la translación, la deriva moral que sufre el protagonista, del que conocemos ambos aspectos. Nos afectaría de igual modo al común de los mortales? Afecta la religión a la decisión ética final? Cuestiones que no solamente no se responden, pues apenas quedan presentadas.
El trabajo gráfico de Snejbjerg es mayúsculo, sobretodo cuando da rienda suelta a escenas dantescas e imágenes apocalípticas. Heredero incomprendido en tareas más adultas, resulta igualmente acertado en viñetas anodinas o vacuas, de las que la obra contiene con excesiva profusión.
Otro vistoso ejemplo del mucho daño que un tipo con mallas puede ocasionar en un mundo poco acostumbrado al poder absoluto. Por desgracia, no permanecerá en nuestras memorias por siempre, debido a la ambigüedad que el guionista implica en cada uno de los posibles motivos de la transfiguración ética. Al menos, hemos podido ponernos en el lado de los militares americanos.
Valoración: 6/10
DIBUJOS: Peter Snejbjerg
EDITORIAL: Norma
PVP: 20,00 €
Tomo tapa dura. 200 pgs color. 18 x 27 cm.
Los hermanos Eric y Hugh, junto a su mejor amigo Sam, forman una alianza inquebrantable. Pasan buena parte de su tiempo libre juntos, y planean las vacaciones unidos, convirtiéndose en todo un ejemplo de familia bien avenida, cofraternizando y compartiendo venturas y pesares.
No obstante, un aciago día, una explosión sacude el edificio de apartamentos donde duerme Eric, proporcionándole superpoderes extraordinarios, tales como invulnerabilidad, superfuerza, supervelocidad… todo el conjunto. Será a partir de entonces cuando se planteará su auténtica naturaleza, y la relación que mantendrá en lo sucesivo con la humanidad.
La trama cumple con el interesante concepto de una criatura con mucho poder, mezclada con el común de los humanos, algo casi tan viejo como la apostilla de “superhéroe”. Peor aún, no tratamos con un extraterrestre o el producto de un mal experimento científico: un accidente desvía la recta moral de un cristiano convencido, y lo conduce por el peor de los caminos.
La apuesta de Arcudi funciona como un marco aceptable, al modo de los primeros Irredeemable de Waid. Falla la translación, la deriva moral que sufre el protagonista, del que conocemos ambos aspectos. Nos afectaría de igual modo al común de los mortales? Afecta la religión a la decisión ética final? Cuestiones que no solamente no se responden, pues apenas quedan presentadas.
El trabajo gráfico de Snejbjerg es mayúsculo, sobretodo cuando da rienda suelta a escenas dantescas e imágenes apocalípticas. Heredero incomprendido en tareas más adultas, resulta igualmente acertado en viñetas anodinas o vacuas, de las que la obra contiene con excesiva profusión.
Otro vistoso ejemplo del mucho daño que un tipo con mallas puede ocasionar en un mundo poco acostumbrado al poder absoluto. Por desgracia, no permanecerá en nuestras memorias por siempre, debido a la ambigüedad que el guionista implica en cada uno de los posibles motivos de la transfiguración ética. Al menos, hemos podido ponernos en el lado de los militares americanos.
Valoración: 6/10
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