GUION: Serguei Dounovetz
DIBUJOS: Paco Roca
EDITORIAL: Bang
PVP: 13,00 €
Tomo tapa blanda con solapas. 64 pgs. Bitono. 17 x 24 cm.
De un tiempo a esta parte, no me dedico tanto como antaño a reseñar todo lo que cae en mis manos. El motivo no es otro que un replanteamiento de los objetivos de las reseñas, o dicho de otro modo, que para no decir nada bueno de un cómic, mejor me callo. Bajo esta excepción no se cobijan los títulos nominados a premios importantes, como son los del inminente Saló del Còmic, porque disfruto conociéndolos y valorándolos, y aportando mi opinión sobre los mismos. Ese es el motivo de que ahora estés leyendo esto.
El ángel de la retirada es el ejemplo editado de un cómic nominado por el nombre que aparece en su portada. Pretende concienciarnos sobre los hechos que tuvieron lugar en la frontera franco española tras la Guerra Civil, cuando miles de conciudadanos huían de lo que amenazaba ser un largo y penoso periodo bajo régimen fascista. Te lo puedo resumir, ya lo contaban mejor en El arte de volar: muchas personas hacinadas en condiciones infrahumanas, hasta que las autoridades decidieran qué hacer con una miríada de refugiados políticos.
El guionista, un tal señor Dounovetz, enfoca estos recuerdos en la persona de Victoria, una muchacha residente en la colonia española de Beziers, sur de Francia. La chica está muy concienciada con sus raíces y demás, y revivirá momentos intensos con un recuerdo achechante en su subconsciente. Narices, estoy resumiendo el cómic y parece mejor de lo que es en realidad; empezaré de nuevo.
Una niñata bobalicona con una idea del mundo muy clarita, insiste en evocar unos hechos intensos y dramáticos de la historia, para luego pasar por encima sin dedicarle apenas atención. La trama se sostiene gracias a la labor de un artista cuyo trazo es ya harto reconocible, Paco Roca, pero el panfleto didáctico y dogmático no puede camuflarse bajo la apariencia de un tebeo si no tienes algo de gracia para implicar al lector, algo que no sucede en ningún momento; salvo quizás en el discurso final, que cierra la duda existencialista con una fuerte dosis de realismo empírico.
Me cuesta entender los motivos que incitan a los críticos y sabihondos representantes de los premios comiqueros a incluir este tebeo en la lista de finalistas, más allá del reiterativo interés en incluir nombres propios muy significativos en ese listado. Por lo demás, quizás el peor trabajo del señor Roca, excepto quizás las aventuras de un aventurero en Granada, de infausto recuerdo.
Valoración: 3,5/10
DIBUJOS: Paco Roca
EDITORIAL: Bang
PVP: 13,00 €
Tomo tapa blanda con solapas. 64 pgs. Bitono. 17 x 24 cm.
De un tiempo a esta parte, no me dedico tanto como antaño a reseñar todo lo que cae en mis manos. El motivo no es otro que un replanteamiento de los objetivos de las reseñas, o dicho de otro modo, que para no decir nada bueno de un cómic, mejor me callo. Bajo esta excepción no se cobijan los títulos nominados a premios importantes, como son los del inminente Saló del Còmic, porque disfruto conociéndolos y valorándolos, y aportando mi opinión sobre los mismos. Ese es el motivo de que ahora estés leyendo esto.
El ángel de la retirada es el ejemplo editado de un cómic nominado por el nombre que aparece en su portada. Pretende concienciarnos sobre los hechos que tuvieron lugar en la frontera franco española tras la Guerra Civil, cuando miles de conciudadanos huían de lo que amenazaba ser un largo y penoso periodo bajo régimen fascista. Te lo puedo resumir, ya lo contaban mejor en El arte de volar: muchas personas hacinadas en condiciones infrahumanas, hasta que las autoridades decidieran qué hacer con una miríada de refugiados políticos.
El guionista, un tal señor Dounovetz, enfoca estos recuerdos en la persona de Victoria, una muchacha residente en la colonia española de Beziers, sur de Francia. La chica está muy concienciada con sus raíces y demás, y revivirá momentos intensos con un recuerdo achechante en su subconsciente. Narices, estoy resumiendo el cómic y parece mejor de lo que es en realidad; empezaré de nuevo.
Una niñata bobalicona con una idea del mundo muy clarita, insiste en evocar unos hechos intensos y dramáticos de la historia, para luego pasar por encima sin dedicarle apenas atención. La trama se sostiene gracias a la labor de un artista cuyo trazo es ya harto reconocible, Paco Roca, pero el panfleto didáctico y dogmático no puede camuflarse bajo la apariencia de un tebeo si no tienes algo de gracia para implicar al lector, algo que no sucede en ningún momento; salvo quizás en el discurso final, que cierra la duda existencialista con una fuerte dosis de realismo empírico.
Me cuesta entender los motivos que incitan a los críticos y sabihondos representantes de los premios comiqueros a incluir este tebeo en la lista de finalistas, más allá del reiterativo interés en incluir nombres propios muy significativos en ese listado. Por lo demás, quizás el peor trabajo del señor Roca, excepto quizás las aventuras de un aventurero en Granada, de infausto recuerdo.
Valoración: 3,5/10
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