GUION: Alejandro Torres, Daniel Riego
DIBUJOS: Alejandro Torres, Albert Carreres
EDITORIAL: Norma
PVP: 18,00 €
Tomo tapa dura, 17 x 24 cm., 152 pag., bicolor.
Un cómic sobre la crisis escrito el año 2011 supone una simpática paradoja. Parece compartir un tema de actualidad, que presentará la realidad que padecemos a las generaciones venideras. Pero en verdad se situa en un momento especialmente dulce, cuando todavía no se había desarrollado totalmente esta desastrosa situación, clamando como extraordinarios los cuatro millones de parados, o la prima de riesgo en 250 puntos algo catastrófico. Uno no sabe si reir o llorar.
Alejandro Torres dio un paso adelante, y propuso una idea que podría parecer oportunista para las mentes malpensantes, o una oportunidad para los resabiados. Tres personajes, tres individuos sin nada más en común que entrar a formar parte de las largas colas de desempleados, pero de diferente manera. Podemos identificarnos con cualquiera de ellos, pues esa pretende ser la idea, y plantar una ilusión optimista sobre el futuro.
Pero a la hora de la verdad, el trabajo final no consigue alegrarnos la tarde. Daniel Riego pone de su parte para limar detalles, evitar un protocolo fuera de margen, y mantener un caudal prudente para desarrollar la historia. Demasiado guión, nos conformamos con una batería de personajes secundarios con el trasfondo justo, y el discurso fotocopiado de manerismos una y mil veces repetidos.
Nada que objetar al dibujo, en el que colabora con las tintas Albert Carreres, que cumple su función retratando paisajes reconocibles de l’Hospitalet, y diseñando unos personajes de libro que, como ya he apuntado, carecen de dimensión o trasfondo. Poco más podemos incorporar a la página para no transigir a la caricatura.
Pronto en tu librería, la secuela probable de este cómic, titulado Corriendo, o mejor Cojeando. Así es como nos encontraremos la mayoría en los días venideros, a no ser que sigamos los pasos de nuestros protagonistas: abandonar la ciudad y esconderse en el pueblo, abandonar el país y esconderse en Laponia, o abandonar tus sueños y esconderte en un trabajo explotado y mal remunerado. Lo dicho, uno no sabe si reir o llorar.
Valoración: 4/10
DIBUJOS: Alejandro Torres, Albert Carreres
EDITORIAL: Norma
PVP: 18,00 €
Tomo tapa dura, 17 x 24 cm., 152 pag., bicolor.
Un cómic sobre la crisis escrito el año 2011 supone una simpática paradoja. Parece compartir un tema de actualidad, que presentará la realidad que padecemos a las generaciones venideras. Pero en verdad se situa en un momento especialmente dulce, cuando todavía no se había desarrollado totalmente esta desastrosa situación, clamando como extraordinarios los cuatro millones de parados, o la prima de riesgo en 250 puntos algo catastrófico. Uno no sabe si reir o llorar.
Alejandro Torres dio un paso adelante, y propuso una idea que podría parecer oportunista para las mentes malpensantes, o una oportunidad para los resabiados. Tres personajes, tres individuos sin nada más en común que entrar a formar parte de las largas colas de desempleados, pero de diferente manera. Podemos identificarnos con cualquiera de ellos, pues esa pretende ser la idea, y plantar una ilusión optimista sobre el futuro.
Pero a la hora de la verdad, el trabajo final no consigue alegrarnos la tarde. Daniel Riego pone de su parte para limar detalles, evitar un protocolo fuera de margen, y mantener un caudal prudente para desarrollar la historia. Demasiado guión, nos conformamos con una batería de personajes secundarios con el trasfondo justo, y el discurso fotocopiado de manerismos una y mil veces repetidos.
Nada que objetar al dibujo, en el que colabora con las tintas Albert Carreres, que cumple su función retratando paisajes reconocibles de l’Hospitalet, y diseñando unos personajes de libro que, como ya he apuntado, carecen de dimensión o trasfondo. Poco más podemos incorporar a la página para no transigir a la caricatura.
Pronto en tu librería, la secuela probable de este cómic, titulado Corriendo, o mejor Cojeando. Así es como nos encontraremos la mayoría en los días venideros, a no ser que sigamos los pasos de nuestros protagonistas: abandonar la ciudad y esconderse en el pueblo, abandonar el país y esconderse en Laponia, o abandonar tus sueños y esconderte en un trabajo explotado y mal remunerado. Lo dicho, uno no sabe si reir o llorar.
Valoración: 4/10
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